martes, 10 de enero de 2012

Norberto, el ridgeback noruego

-        Será un honor- respondió y se dirigió a la mesa de los profesores- Norberto, el ridgeback noruego


-        Esto es un dragon- afirmó enfadada la profesora McGonagall.

-        Sí,- dijo Draco- Y no me creyó cuando se lo dije- se quejó.

-        ¿Cómo conseguisteis un dragon?- les preguntó a los tres que temblaban.

-        ¿Nos lo encontramos por casualidad?- dijo Ron poco convencido y mirando a sus amigos.

-        Lo dudo mucho- gruñó Molly.

-        Fui yo profesora- dijo Hagrid algo nervioso- lo gane en el pub, los chicos solo me ayudaron.

-        ¡Hagrid!- exclamó la profesora- Es muy peligroso e ilegal.

-        ¿Porque no esperamos a leerlo?- sugirió Dumby haciendole un gesto a Charlie.

Sin embargo, Quirrell debía de ser más valiente de lo que habían pensado. En las semanas que siguieron se fue poniendo cada vez más delgado y pálido, pero no parecía que su voluntad hubiera cedido.

-        Cedió antes de empezar- gruñó Ron muy bajito, tanto que solo lo oyeron sus mejores amigos. Estos asintieron.

Cada vez que pasaban por el pasillo del tercer piso, Harry, Ron y Hermione apoyaban las orejas contra la puerta, para ver si Fluffy estaba gruñendo, allí dentro. Snape seguía con su habitual mal carácter, lo que seguramente significaba que la Piedra estaba a salvo.

-        Quejicus siempre tiene mal carácter- aseguró Sirius.

-        No siempre- le corrigió James- El problema es que cuando está de buen humor es por razones que no suelen gustarme.

-        O nos ha tendido una trampa- explicó Remus- o ha enviado a uno de nosotros a la enfermería.

O ha estado hablando con Lily completó James en su cabeza.

Cada vez que Harry se cruzaba con Quirrell, le dirigía una sonrisa para darle ánimo, y Ron les decía a todos que no se rieran del tartamudeo del profesor.

Los dos gimieron horrorizados mientras todo el mundo les miraba sorprendidos.

Hermione, sin embargo, tenía en su mente otras cosas, además de la Piedra Filosofal.

-        ¿El que?- preguntaron todos sorprendidos mientras Harry y Ron giraban los ojos.

Había comenzado a hacer horarios para repasar y a subrayar con diferentes colores sus apuntes.

-        Mini Lunático- afirmó Sirius mientras los profesores sonreían a Hermione.

A Harry y Ron eso no les habría importado, pero los fastidiaba todo el tiempo para que hicieran lo mismo.

-        Mini Lunático- confirmó James. Esta vez los profesores sonrieron más abiertamente y no solo a Hermione (que también recibía sonrisas de la señora Weasley) sinó que también a Remus.

—Hermione, faltan siglos para los exámenes.
—Diez semanas —replicó Hermione—. Eso no son siglos, es un segundo para Nicolás Flamel.

-        Tú no tienes seiscientos años- replicó Sus.

—Pero nosotros no tenemos seiscientos años —le recordó Ron—. De todos modos, ¿para qué repasas si ya te lo sabes todo?
— ¿Que para qué estoy repasando? ¿Estás loco? ¿Te has dado cuenta de que tenemos que pasar estos exámenes para entrar en segundo año?

-        Son muy fáciles- le dijo James.

-        Y nadie suspende tanto como para no pasar.- añadió Neville.

Son muy importantes, tendría que haber empezado a estudiar hace un mes, no sé lo que me pasó...

-        Malas influéncias- dijo Remus- a mí me pasaba lo mismo.

-        Ey- se quejaron las cuatro malas influéncias.

Pero desgraciadamente, los profesores parecían pensar lo mismo que Hermione.

Todos los alumnos suspiraron a la vez y los profesores  casi no pudieron reprimir una carcajada.

Les dieron tantos deberes que las vacaciones de Pascua no resultaron tan divertidas como las de Navidad.

-        Nunca lo son- dijo Terry suspirando.

-        No cuando tratan de matarnos a base de deberes- terminó Susan.

Era difícil relajarse con Hermione al lado, recitando los doce usos de la sangre de dragón o practicando movimientos con la varita.

Sus, Lia y Alice miraron acusadoramente a Lily quien se sonrojó.

Quejándose y bostezando, Harry y Ron pasaban la mayor parte de su tiempo libre en la biblioteca con ella, tratando de hacer todo el trabajo suplementario.
—Nunca podré acordarme de esto —estalló Ron una tarde, arrojando la pluma y mirando por la ventana de la biblioteca con nostalgia. Era realmente el primer día bueno desde hacía meses. El cielo era claro, y las nomeolvides azules y el aire anunciaban el verano.

Varios suspiraron.

Harry, que estaba buscando «díctamo» en Mil hierbas mágicas y hongos no levantó la cabeza hasta que oyó que Ron decía:
— ¡Hagrid! ¿Qué estás haciendo en la biblioteca?

-        Alrededor de vosotros siempre suceden las cosas más extrañas- dijo Lia sonriendole al semi gigante.

Hagrid apareció con aire desmañado, escondiendo algo detrás de la espalda. Parecía muy fuera de lugar; con su abrigo de piel de topo.
—Estaba mirando —dijo con una voz evasiva que les llamó la atención—. ¿Y vosotros qué hacéis? —De pronto pareció sospechar algo—. No estaréis buscando todavía a Nicolás Flamel, ¿no?

-        No- respondieron todos los alumnos a la vez.

—Oh, lo encontramos hace siglos —dijo Ron con aire grandilocuente—. Y también sabemos lo que custodia el perro, es la Piedra Fi...

-        Ron- exclamó Arthur- ¿Quieres meterlo en problemas?

-        Lo siento Hagrid- se disculpó Ron. Él le sonrió quitándole importancia al asunto.

—¡¡Shhh!! —Hagrid miró alrededor para ver si alguien los escuchaba—. No podéis ir por ahí diciéndolo a gritos. ¿Qué os pasa?
—En realidad, hay unas pocas cosas que queremos preguntarte —dijo Harry— sobre qué cosas más custodian la Piedra, además de Fluffy...

-        Harry- exclamó James- Tienes que ser más discreto hijo.

-        Lo siento- dijo Harry bajando la cabeza.

— ¡SHHHH! —dijo Hagrid otra vez—. Mirad, venid a verme más tarde, no os prometo que os vaya a decir algo, pero no andéis por ahí hablando, los alumnos no deben saber nada. Van a pensar que yo os lo he contado...
—Te vemos más tarde, entonces —dijo Harry

-        No van a dejarte escapar Hagrid- dijo Alastor sonriendo.

Hagrid se escabulló.
— ¿Qué escondía detrás de la espalda? —dijo Hermione con aire pensativo.
— ¿Creéis que tiene que ver con la Piedra?
—Voy a ver en qué sección estaba —dijo Ron, cansado de sus trabajos.

-        Comprensible- dijeron todos los alumnos de Gryffindor y Slytherin a la vez mientras las otras dos casas les miraban medio divertidas medio exasperadas.

Regresó un minuto más tarde, con muchos libros en los brazos. Los desparramó sobre la mesa.
— ¡Dragones! —susurró—. ¡Hagrid estaba buscando cosas sobre dragones!

-        ¿Por qué no me sorprendre?- preguntó Frank haciendo sonrojar a Hagrid.

Mirad estos dos: Especies de dragones en Gran Bretaña e Irlanda y Del huevo al infierno, guía para guardianes de dragones...
—Hagrid siempre quiso tener un dragón, me lo dijo el día que lo conocí —dijo Harry
—Pero va contra nuestras leyes —dijo Ron—. Criar dragones fue prohibido por la Convención de Magos de 1709, todos lo saben.

-        Diez puntos por Gryffindor- anunció Hagrid que, igual que Charlie, sonreía a Ron quien se ruborizó.

Era difícil que los muggles no nos detectaran si teníamos dragones en nuestros jardines. De todos modos, no se puede domesticar un dragón, es peligroso. Tendríais que ver las quemaduras que Charlie se hizo con esos dragones salvajes de Rumania.  
Molly dejó escapar un suspiro de frustración y miedo pero Charlie le sonrió para tranquilizarla.

—Pero no hay dragones salvajes en Inglaterra, ¿verdad? —preguntó Harry

-        Claro que sí- dijo Charlie con los ojos brillantes.

-        ¿En serio?- preguntó Collin emocionado.

-        Verdes y negros- dijo Padma sonriendole.

—Por supuesto que hay —respondió Ron—. Verdes en Gales y negros en Escocia. Al ministro de Magia le ha costado trabajo silenciar ese asunto, te lo aseguro. Los nuestros tienen que hacerles encantamientos a los muggles que los han visto para que los olviden.

-        Cinco puntos más por Gryffindor- dijo Albus sonriendole a un muy sonrojado Ron mientras Arthur daba unas palmadas a la espalda de su hijo y Molly sonreía orgullosa.

-        Exactamente hermano- dijo Charlie con la voz desbordante de orgullo.

—Entonces ¿en qué está metido Hagrid? —dijo Hermione.

-        En algo muy guai- respondió Denis con los ojos brillantes.

Cuando llamaron a la puerta de la cabaña del guarda bosques, una hora más tarde, les sorprendió ver todas las cortinas cerradas. Hagrid preguntó «¿quién es?» antes de dejarlos entrar, y luego cerró rápidamente la puerta tras ellos.

-        Cuanto misterio- dijo Zabinni intentando ser sarcástico aunque en su voz se adivinaba verdadera curiosidad.

En el interior; el calor era sofocante. Pese a que era un día cálido, en la chimenea ardía un buen fuego. Hagrid les preparó el té y les ofreció bocadillos de comadreja, que ellos no aceptaron.

-        Bien hecho- murmuraron muchos.

—Entonces ¿queríais preguntarme algo?
—Sí —dijo Harry No tenía sentido dar más vueltas—. Nos preguntábamos si podías decirnos si hay algo más que custodie a la Piedra Filosofal, además de Fluffy.

-        Directo y sin anestésia- dijo Sus sonriendole al ahijado de su novio.

Hagrid lo miró con aire adusto.
—Por supuesto que no puedo —dijo—. En primer lugar; no lo sé.

-        Mentida- dijeron los merodeadores con una sonrisa.

En segundo lugar, vosotros ya sabéis demasiado, así que tampoco os lo diría si lo supiera. Esa Piedra está aquí por un buen motivo. Casi la roban de Gringotts... Aunque eso ya lo sabíais, ¿no? Me gustaría saber cómo averiguasteis lo de Fluffy.

-        Pura casualidad- dijo Lee.

—Oh, vamos, Hagrid, puedes no querer contarnos, pero debes saberlo, tú sabes todo lo que sucede por aquí —dijo Hermione, con voz afectuosa y lisonjera. La barba de Hagrid se agitó y vieron que sonreía. Hermione continuó—: Nos preguntábamos en quién más podía confiar Dumbledore lo suficiente para pedirle ayuda, además de ti.

Todos se giraron hacia Hermione con los ojos abiertos como platos. Los merodeadores bajaron la cabeza con deferéncia y los gemelos Prewet aplaudían.

-        No somos dignos, no somos dignos- repetían los gemelos Weasley.

-        Impresionante- soltó Sus.- Le sacarás la información a Hagrid sin tener que emborracharlo.

-        Solo porque Hagrid confía en ellos y tiene la guardia baja- le defendió Frank aunque miraba a Hermione con una sonrisa. Ella y el semi gigante estaban ruborizados a más no poder.

Con esas últimas palabras, el pecho de Hagrid se ensanchó. Harry y Ron miraron a Hermione con orgullo.

-        Que menos- dijo Lee- a descubierto el punto debil de Hagrid.

—Bueno, supongo que no tiene nada de malo deciros esto...

-        Lo siento- musitó Hagrid mirando a Dumby.

-        Tranquilo Hagrid- le dijo el director sonriendo- hubiesen conseguido la información de todos modos.

Dejadme ver... Yo le presté a Fluffy... luego algunos de los profesores hicieron encantamientos... el profesor Sprout, el profesor Flitwick, la profesora McGonagall — contó con los dedos—, el profesor Quirrell y el mismo Dumbledore, por supuesto. Esperad, me he olvidado de alguien. Oh, claro, el profesor Snape.

-        ¿Snape?- repitieron Sirius y James con una mueca de enfado.

— ¿Snape?
—Ajá... No seguiréis con eso todavía, ¿no? Mirad, Snape ayudó a proteger la Piedra, no quiere robarla.
Harry sabía que Ron y Hermione estaban pensando lo mismo que él. Si Snape había formado parte de la protección de la Piedra, le resultaría fácil descubrir cómo la protegían los otros profesores. Es probable que supiera todos los encantamientos, salvo el de Quirrell, y cómo pasar ante Fluffy.

-        Eso sería muy a su estilo- dijo James pensativo.

-        Creo que más bien usaría la legereméncia o el veritaserum, pero no te preocupes un error lo puede tener cualquiera.- le contradijo Sirius, James le miró mal.

-        Disculpa, fui su enemigo siete años, creo que se lo que va más con su manera de atacar- se defendió el peli azabache.

-        Se ve que ahora te has licenciado en Quejicusía- le rebatío Sirius. Se miraron desafiantes mientras todos los del presente se preguntaban si se iban a enfadar. De repente los dos se giraron hacia un divertido Remus.

-        ¿Lunático?- le preguntaron a la vez.

-        Creo que vuestras dos opciones están mal- les contestó tan campante mientras sus dos amigos palidecían.- Las dos le exponen demasiado, el utilizaría a alguien y pondría hechizos espías mientras fingíria ser atacado o algo así para evitar las sospechas contra él.- Expuso y dirigió la vista hacia el profesor de pociones.- ¿Me he equivocado?

-        No- repuso simplemente disfrutando del rostro descompuesto de los dos animagos. Remus sonrió con arrogancia.

— Tú eres el único que sabe cómo pasar ante Fluffy, ¿no, Hagrid? —  Preguntó Harry con ansiedad—. Y no se lo dirás a nadie, ¿no es cierto? ¿Ni siquiera a un profesor?  
—Ni un alma lo sabe, salvo Dumbledore y yo —dijo Hagrid con orgullo.
—Bueno, eso es algo —murmuró Harry a los demás—. Hagrid, ¿podríamos abrir una ventana? Me estoy asando.  
—No puedo, Harry, lo siento —respondió Hagrid.
Harry notó que miraba de reojo hacia el fuego. Harry también miró.
—Hagrid... ¿Qué es eso?
Pero ya sabía lo que era.

-        ¿Entonces porque preguntas?- dijo Ron rodando los ojos.

En el centro de la chimenea,  debajo de la cazuela, había un enorme huevo negro.

-        ¡Hagrid!- no pudo evitar exclamar Minie aun saber de antemano que era.

—Ah —dijo Hagrid, tirándose con nerviosismo de la barba—. Eso... eh...
— ¿Dónde lo has conseguido, Hagrid? —preguntó Ron, agachándose ante la chimenea para ver de cerca el huevo— Debe de haberte costado una fortuna.

-        Una mediana de Doscientos mil galeones, Cien mil si es un dragon nano- explicó Charlie aunque pronto se arrepintió.

-        ¿Y como sabes tu eso Charlie Weasley?- gritó Molly.

-        Trabajo- dijo tragando trabajosamente.

-        Tu cazas dragones no te dedicas al contra bandol de ellos- gruñó Molly- Al menos que yo sepa.

-        Tranquila mamá- suplicó Charlie- Solo que pregunté por allí por si, en un futuro, Percy lograba quitar esa absurda ley y…

-        ¿Ibas a usar a tu hermano para quitar una ley ibas a comprar un dragon?- gritó con todas sus fuerzas.

-        Dicho así…- empezó el pelirrojo más blanco que la leche.

-        Contesta Charles- gruñó su madre.

-        Sí mamá- dijo bajando la cabeza.

-        ¿Te das cuenta de lo peligrosos que són esos animales?- le preguntó echando humo.

-        No tanto como tú- murmuró Charlie por lo bajo, para su desgracia todos lo oyeron, sus hermanos intentaban disimular la risa mientras su madre se iba hinchando como una rana.

-        No te atrevas a faltarme al respecto- le espeteó.- Estás castigado hasta fin de milenio y ya veremos si sigues trabajando en Rumanía.

-        Pero mamá, soy mayor de edad- se quejo Charlie.

-        No me importa en absoluto- le respondió su madre.

-        Molly querida,- empezó Arthur algo asustado y Charlie se relajó visiblemente- Estoy de acuerdo con que lo castigues pero no puedes quitarle su trabajo es un adulto y tiene su vida.- le dijo mientras le sonreía a su hijo mayor. Molly estuvo un rato protestando y gruñendo pero al final cedió.

—Lo gané —explicó Hagrid—. La otra noche. Estaba en la aldea, tomando unas copas y me puse a jugar a las cartas con un desconocido. Creo que se alegró mucho de librarse de él, si he de ser sincero.

-        Que extraño- dijo sarcásticamente Percy.

-        Mucho- repusieron con total seriedad los dos merodeadores animagos, Charlie y Hagrid.

—Pero ¿qué vas a hacer cuando salga del cascarón? —preguntó Hermione.

-        La gran pregunta- dijo Minerva fulminando con la mirada al pobre guarda bosques.

—Bueno, estuve leyendo un poco —dijo Hagrid, sacando un gran libro de debajo de su almohada

La señora Pince intentó matar a Hagrid con la mirada por el trato que dispensaba a sus queridos libros.

—. Lo conseguí en la biblioteca: Crianza de dragones para placer y provecho.

-        Es un gran libro- dijo Charlie aprobadoramente, entonces captó la mirada de su madre- Eso me han dicho- añadió rapidamente tartamudeando para seguir leyendo rapidamente.

Está un poco anticuado, por supuesto, pero sale todo. Mantener el huevo en el fuego, porque las madres respiran fuego sobre ellos y, cuando salen del cascarón, alimentarlos con brandy mezclado con sangre de pollo, cada media hora. Y mirad, dice cómo reconocer los diferentes huevos. El que tengo es un ridgeback noruego. Y son muy raros.

-        Casi se han extinguido porque los gigantes les mataban para hacerse ropa- explicó Charlie.

-        ¿Hay algo que no sepas sobre los dragones?- preguntó Ron admirado.

-        Claro- dijo Charlie algo rojo- aunque como me interesan mucho retengo todo lo que me dicen de ellos.

-        Pues otra vez has que te interesent más los estudios, tus notas se podian mejorar mucho- le soltó su madre.

Parecía muy satisfecho de sí mismo, pero Hermione no.
—Hagrid, tú vives en una casa de madera —dijo.

-        Gran observación- dijo Minerva con preocupación.

Pero Hagrid no la escuchaba. Canturreaba alegremente mientras alimentaba el fuego.

-        Se nos ha vuelto loco- murmuró Dean en voz baja.

Así que ya tenían algo más de qué preocuparse: lo que podía sucederle a Hagrid si alguien descubría que ocultaba un dragón ilegal en su cabaña.

-        Como no teníais suficientes problemas- dijo Astoria rodando los ojos. Varios la miraron sorprendidos, la joven greengrase no era, ni mucho menos, tan extrovertida como sui hermana mayor.

—Me pregunto cómo será tener una vida tranquila — suspiró Ron,

Varios rompieron a reír.

-        Algun día lo sabremos- dijo Harry seriamente.

-        Yo creo recordar que tenía una antes de entrar en Hogwarts- dijo Hermione nostálgica. Los tres suspiraron a la vez aumentando la risa.

mientras noche tras noche luchaban con todo el trabajo extra que les daban los profesores. Hermione había comenzado ya a hacer horarios de repaso para Harry y Ron. Los estaba volviendo locos.

-        Sobretodo a mi hermano y no precisamente por los horarios- le susurró Ginny a Luna quien rompió a reír junto con la pelirroja para el asombro de todos.

Entonces, durante un desayuno, Hedwig entregó a Harry otra nota de Hagrid. Sólo decía: «Está a punto de salir».

Los ojos de varios alumnos se ilumaron y miraron al libro ansiosamente.

Ron quería faltar a la clase de Herbología e ir directamente a la cabaña.

-        Exactamente- dijeron todos los de antes a la vez.

-        La clase se puede estudiar de un libro o recuperar en otro momento- dijo Terry ganándose miradas envenenadas del profesorado.

Hermione no quería ni oír hablar de eso.

-        Gracias a dios hay alguien sensato en la escuela- dijo la profesora Sprouth sonriendole encantada.- Cinoc puntos por Gryffindor.

—Hermione, ¿cuántas veces en nuestra vida veremos a un dragón saliendo de su huevo?

-        Eso- corearon todos los del comedor mientras los profesores rodaban los ojos.

—Tenemos clases, nos vamos a meter en líos y no vamos a poder hacer nada cuando alguien descubra lo que Hagrid está haciendo...
— ¡Cállate! —susurró Harry

-        Harry, no seas descortez- le riñó Lily.

-        No lo decía por lo que decía sinó porque nos estaban escuchando- explicó.

Malfoy estaba cerca de ellos

Los merodeadores gruñeron y Snape sonrió a su alumno favorito.

y se había quedado  inmóvil para escucharlos. ¿Cuánto había oído?

-        Más de lo que te gustaría Cara… Potter- se corrigió mirando hacia la mesa de profesores sin quitar la sonrisa socarrona de sus labios. Varios Slytherin rieron pero, como comprobó con desepción por el rabillo del ojo, Astoria no era una de esos.

A Harry no le gustó la expresión de su cara. Ron y Hermione discutieron durante todo el camino hacia la clase de Herbología

-        Como siempre- dijo Harry suspirando.

y, al final, Hermione aceptó ir a la cabaña de Hagrid con ellos durante el recreo de la mañana.

Minerva suspiro por pensó que, al menos, no se saltarían ninguna clase por culpa de esa locura.

Cuando al final de las clases sonó la campana del castillo, los tres dejaron sus trasplantadores y corrieron por el parque hasta el borde del bosque.

Varias personas se acomodaron en sus asientos  emocionadas.

Hagrid los recibió, excitado y radiante.
—Ya casi está fuera —dijo cuando entraron.
El huevo estaba sobre la mesa. Tenía grietas en la cáscara. Algo se movía en el interior y un curioso ruido salía de allí. Todos acercaron las sillas a la mesa y esperaron, respirando con agitación. De pronto se oyó un ruido y el huevo se abrió.

Se oyeron aplausos.

La cría de dragón aleteó en la mesa. No era exactamente bonito.

-        Claro que lo era- le defendió Hagrid mirando mal, por primera vez, a Harry.

Harry pensó que parecía un paraguas negro arrugado.

Charlie le miraba con cara de pocos amigos y no era el único, Harry se encogió descubriendo que, entre sus compañeros, había unos cuantos amantes de los dragones. Para su suerte no solo le fulminaban con la mirada a él sinó también a los que habían reido.

Sus alas puntiagudas eran enormes, comparadas con su cuerpo flacucho. Tenía un hocico largo con anchas fosas nasales, las puntas de los cuernos ya le salían y tenía los ojos anaranjados y saltones.  Estornudó. Volaron unas chispas.
— ¿No es precioso? —murmuró Hagrid.

-        No es exactamente el adjetivo que yo hubiese utilizado- dijo Draco burlon.

Alargó una mano para acariciar la cabeza del dragón. Este le dio un mordisco en los dedos, enseñando unos colmillos puntiagudos.

-        Que suerte Hagrid- dijo Charlie sonriendole al semi gigante, todos lo miraron como si estuviese loco.

-        ¿Dónde está la suerte en el hecho de que te muerda un dragon?- preguntó Minerva.

-        Así es como los dragones demuestran que han reconocido a su madre- explicó Charlie sin perder la sonrisa.

— ¡Bendito sea! Mirad, conoce a su mamá —dijo Hagrid.

Varias chicas suspiraron enternecidas mientras algunas y algunos rodaban los ojos y murmuraban “loco”.

—Hagrid —dijo Hermione—. ¿Cuánto tardan en crecer los ridgebacks noruegos?

-        Depende de si son machos o hembras- contestó Charlie al instante después de haber leído la pregunta.

Hagrid iba a contestarle, cuando de golpe su rostro palideció. Se puso de pie de un salto y corrió hacia la ventana.

-        ¿Qué ha pasado ahora?- preguntó Alice suspirando exasperada.

— ¿Qué sucede?
—Alguien estaba mirando por una rendija de la cortina... Era un chico... Va corriendo hacia el colegio.
Harry fue hasta la puerta y miró. Incluso a distancia, era inconfundible: Malfoy había visto el dragón.

-        Ash, ¿tenéis que tener siempre una suerte tan mala?- preguntó Remus casi gruñendo, ellos tres solo se encogieron de hombros.

Algo en la sonrisa burlona de Malfoy durante la semana siguiente ponía nerviosos a Harry, Ron y Hermione.

-        Como a ti hermanita- susurro Daphne a la oreja de Astoria quien, sonrojadísima, le pegó un pisotón.

Pasaban la mayor parte de su tiempo libre en la oscura cabaña de Hagrid, tratando de hacerlo entrar en razón.

-        Escuchalos- suplicó Minerva.

—Déjalo ir —lo instaba Harry—. Déjalo en libertad.
—No puedo —decía Hagrid—. Es demasiado pequeño. Se morirá.

-        Es un dragon- exclamó Molly- no un cachorrito indefenso.

Miraron el dragón. Había triplicado su tamaño en sólo una semana.

-        Otra prueba de que es hembra- dijo Charlie- Crecen mucho más deprisa y son mucho más peligrosas.- Todos los chicos del gran comedor asintieron mientras las chicas sonreían burlonas.

Ya le salía humo de las narices. Hagrid no cumplía con sus deberes de guardabosques porque el dragón ocupaba todo su tiempo. Había botellas vacías de brandy y plumas de pollo por todo el suelo.
—He decidido llamarlo Norberto

-        Norberta más bien- le corrigió Charlie.

-        ¿Es una hembra?- preguntó Hagrid con los ojos brillantes. Charlie asintió- Pues ya les puedes decir a tus dragones que mantengan sus zarpas lejos de ella.- gruñó como un padre celoso.

—dijo Hagrid, mirando al dragón con ojos húmedos—. Ya me reconoce, mirad. ¡Norberto! ¡Norberto! ¿Dónde está mamá?
—Ha perdido el juicio —murmuró Ron a Harry.

-        Completamente de acuerdo- dijeron la mayoría haciendo sonrojar a Hagrid.

—Hagrid —dijo Harry en voz muy alta—, espera dos semanas y Norberto será tan grande como tu casa. Malfoy se lo contará a Dumbledore en cualquier momento.

-        Mientras sea a Dumby y no a Minie- dijo Sirius- Yo creo que lo de los dragones también se aplica con los humanos.

-        Black- gruñó Minie.

-        Lo que decía- dijo Sirius antes de esconderse detrás de Remus.

Hagrid se mordió el labio.
—Yo... yo sé que no puedo quedarme con él para  siempre, pero no puedo echarlo, no puedo.
Harry se volvió hacia Ron súbitamente.
—Charlie —dijo.

-        Gran idea- dijo Bill.

-        ¿Lo sabías y no me contaste nada?- preguntó Molly furiosa.

-        Era el secreto de Hagrid- se defendió Charlie y antes de que su madre pudiese replicar continuó leyendo.

— Tú también estás mal de la cabeza —dijo Ron—. Yo soy Ron, ¿recuerdas?

Varios rieron haciendo sonrojar al pelirrojo.

—No... Charlie, tu hermano. En Rumania. Estudiando dragones. Podemos enviarle a Norberto. ¡Charlie lo cuidará y luego lo dejará vivir en libertad!

-        Una gran idea enviar un dragon noruego a Rumania- resopló Terry- Con que los dos païses tienen un clima y temperatura similar- ironizó.

-        Los dragones se adaptan con facilidad y, si bien Norberta no se separa del río donde suele bañarse para refrescarse, vive bien en Rumanía.- explicó Charlie.

— ¡Genial! —Dijo Ron—. ¿Qué piensas de eso, Hagrid?
Y al final, Hagrid aceptó que enviaran una lechuza para  pedirle ayuda a Charlie.

Molly y Minerva soltaron un suspiro de alivio a la vez.

La semana siguiente pareció alargarse. La noche del miércoles encontró a Harry y Hermione sentados solos en la sala común, mucho después de que todos se fueran a acostar. El reloj de la pared acababa de dar doce campanadas cuando el agujero de la pared se abrió de golpe. Ron surgió de la nada, al quitarse la capa invisible de Harry. Había estado en la cabaña de Hagrid, ayudándolo a alimentar a Norberto, que ya comía ratas muertas.
— ¡Me ha mordido! —dijo, enseñándoles la mano

-        ¿Como?- preguntó Molly precupadísima.

-        Tranquila mamá, tengo la mano bien- aun así la preocupación no desapareció de su rostro.

-        Su mordedura es venenosa- dijo Charlie también preocupado, cosa que no sucedía muy a menudo.- Provoca un dolor tremendo.

-        Tampoco fue para tanto.- susurró Ron.

-        ¿Qué no fue para tanto?- preguntó su padre- Ron te mordió un dragon.

-        Solo pase unos días en la enfermería- explicó el niño, ahora todos sus hermanos estaban preocupados.

-        Lo siento- dijo Hagrid- No le enseñé a Norberto que no se puede morder a los humanos para jugar.- Se disculpó, antes de que su madre preguntara que clase de juego era morder a su hijo, Charlie prosiguió.

envuelta en un pañuelo ensangrentado—. No podré escribir en una semana. Os aseguro que los dragones son los animales más horribles que conozco, pero para Hagrid es como si fuera un osito de peluche. Cuando me mordió, me hizo salir porque, según él, yo lo había asustado.

Molly fulminó a Hagrid con la mirada mientras varios tosían intentando disimular la risa y no sufrir la furia pelirroja.

Y cuando me fui le estaba cantando una canción de cuna.

-        Estas muy mal, amigo- le dijo Frank haciendo que se ruborizara y que el resto riera.

Se oyó un golpe en la ventana oscura.
— ¡Es Hedwig! —dijo Harry, corriendo para dejarla entrar—. ¡Debe de traer la respuesta de Charlie!
Los tres juntaron las cabezas para leer la carta.

Querido Ron:
¿Cómo estás? Gracias por tu carta. Estaré encantado de quedarme con el ridgeback noruego, pero no será fácil traerlo aquí. Creo que lo mejor será hacerlo con unos amigos que vienen a visitarme la semana que viene. El problema es que no deben verlos llevando un dragón ilegal. ¿Podríais llevar al ridgeback noruego a la torre más alta, la medianoche del sábado?

-        Buen plan- dijo James.

-        Sí un plan buenísimo meter un dragon de más de un metro en el colegio- ironizó Remus.- Tal vez con la ayuda del mapa y de la capa, si uno de ellos fuera prefecto, yendo por el camino que pasa cerca de la torre de astronomía…

-        Pero ese camino es muy largo- intervino Sirius- ¿No sería mejor ir por el que pasa al lado de la aula de transfiguración?

-        No se como no se me ha acudido- dijo Remus burlesco- Pasar por el lado de una aula donde Minie hace horas extras.

-        Es más seguro darle una patada a un dragon dormido- terció Sus.

-        ¿Y con ayuda de los elfos?- dijo Lee.

-        Buena idea y se podría usar nuestros polvos de oscuridad instantánea importados del Perú- dijo Fred, su hermano asintió.

-        Junto con un detonador trampa- puntualizó este y los dos se sonrieron. Los otros iban a preguntar que eran eso cuando…

-        ¿Os dais cuenta que estáis creando un plan para transportar un dragon inexistente por el castillo?- Preguntó Lily alzando la ceja.


Ellos se encontrarán contigo allí y se lo llevarán mientras dure la oscuridad.

Envíame la respuesta lo antes posible.

Besos,
Charlie

Se miraron.
——Tenemos la capa invisible —dijo Harry—. No será tan difícil... creo que la capa es suficientemente grande para cubrir a Norberto y a dos de nosotros.  
La prueba de lo mala que había sido aquella semana para ellos fue que aceptaron de inmediato.

-        Si que debíais haber sido una mala semana- comentó Remus- Es un plan peor que los de Sirius.- Este le pego un golpe amistoso en la cabeza mientras James rompía a reír.

Cualquier cosa para liberarse de Norberto... y de Malfoy.

-        Sobretodo de Malfoy- masculló Ron.

Se encontraron con un obstáculo. A la mañana siguiente, la mano mordida de Ron se había inflamado y tenía dos veces su tamaño normal.

Molly miró a su hijo preocupadísima y no ayudo el hecho de que el se estuviese cogiendo la mano.

No sabía si convenía ir a ver a la señora Pomfrey ¿Reconocería una mordedura de dragón?

-        Probablemente pero no dirá nada- le tranquilizó James.

Sin embargo, por la tarde no tuvo elección. La herida se había convertido en una horrible cosa verde.

-        Ve corriendo a la enfermería- gruñó su madre y este asintió.

Parecía que los colmillos de Norberto tenían veneno.

-        Creo que solo hay quinze tipos de dragones que tengan veneno- masculló Charlie mirando a su hermanito con preocupación.

Al finalizar el día, Harry y Hermione fueron corriendo hasta el ala de la enfermería para visitar a Ron y lo encontraron en un estado terrible.

-        Debio haber venido tan pronto como le mordió- le riñó suavemente la enfermera.

No es sólo mi mano —susurró— aunque parece que se me vaya a caer a trozos. Malfoy le dijo a la señora Pomfrey que quería pedirme prestado un libro, y vino y se estuvo riendo de mí.

-        ¿Charlie todavía tienes el dragon?- preguntó Bill mirando a Malfoy con odio.

-        Sí y estoy seguro de que le encantaría volver a ver a Hagrid- prosiguió mirando en la misma dirección.

-        Y ya que Malfoy encuentra tan divertida la mordedura de un dragon podríamos animarle el día- terminó Percy sonriendole vengativamente al rubio.

-        Tranquilícense señores Weasley- pidió Dumby- Y veinte puntos menos por Slytherin.

Me amenazó con decirle a ella quién me había mordido (yo le había dicho que era un perro,

-        ¿En serio?- pregntó Fred abriendo los ojos como platos y sonriendo burlon- ¿un perro?

-        Que tierno- dijo George alargando las palabras.

pero creo que no me creyó).

-        Que extraño- dijeron a la vez los gemelos Prewet.

No debí pegarle en el partido de quidditch. Por eso se está portando así.
Harry y Hermione trataron de calmarlo.
—Todo habrá terminado el sábado a medianoche — dijo Hermione, pero eso no lo tranquilizó. Al contrario, se sentó en la cama y comenzó a temblar.
— ¡La medianoche del sábado! —Dijo con voz ronca—. Oh, no, oh, no... Acabo de acordarme... la carta de Charlie estaba en el libro que se llevó Malfoy, se enterará de la forma en que nos libraremos de Norberto.

Todos los leones, tejones y aguilas gimieron a la vez, menuda suerte la suya.

Harry y Hermione no tuvieron tiempo de contestarle.
Apareció la señora Pomfrey y los hizo salir; diciendo que Ron necesitaba dormir.

-        Que manía con sacar a la gente a rastras de la enfermería- gruñó Sirius mirando a Remus de reojo. Este les sonrió a el y a James.

—Es muy tarde para cambiar los planes —dijo Harry a Hermione—. No tenemos tiempo de enviar a Charlie otra lechuza y ésta puede ser nuestra única oportunidad de librarnos de Norberto. Tendremos que arriesgarnos. Y tenemos la capa invisible y Malfoy no lo sabe.

-        También teneís la peor suerte del mundo mágico y eso no os ayudará mucho- gruñó Ginny.

Encontraron a Fang, el perro cazador de jabalíes, sentado afuera, con la cola vendada, cuando fueron a avisar a Hagrid. Éste les habló a través de la ventana.
—No os hago entrar —jadeó— porque Norberto está un poco molesto. No es nada importante, ya me ocuparé  de él.

-        No me imagino como debe de estar el dragon para que Hagrid lo clasifique de “un poco molesto”.- murmuró Alice preocupada.

Cuando le contaron lo que decía Charlie, se le llenaron los ojos de lágrimas, aunque tal vez fuera porque Norberto acababa de morderle la pierna.

-        Posiblemente- aseguró Dean divertido.

— ¡Aaay! Está bien, sólo me ha cogido la bota... está jugando... después de todo es sólo un cachorro.

Los Ravenclaw bufaron, los Hufflepuff rodaron los ojos, los Slytherin sonrieron sarcásticamente y los Gryffindor rieron por lo bajo.

El cachorro golpeó la pared con su cola, haciendo temblar las ventanas. Harry y Hermione regresaron al castillo con la sensación de que el sábado no llegaría lo bastante rápido. Tendrían que haber sentido pena por Hagrid, cuando llegó el momento de la despedida, si no hubieran estado tan preocupados por lo que tenían que hacer.

-        Va a salir bien, va a salir bien- repetía James como si estuviese rezando.

Era una noche oscura y llena de nubes y llegaron un poquito tarde a la cabaña de Hagrid, porque tuvieron que esperar a que Peeves saliera del vestíbulo, donde jugaba a tenis contra las paredes.

-        Entonces jugaba al frontón- corrigió Padma.

-        Eres más sabelotodo que Granger, Patil- le dijo Goyle. Malfoy lo miró con condescendencia mientras la cara de Ron se ponía roja de rabia aun así alguien se le adelanto.

-        Que tú no tengas cerebro no significa que los demás seamos como tú- le dijo Blaise con la voz helada. Padma le miró sorprendida, al notar la mirada el joven Slytherin luchó por que su rostro no dejara traslucir ninguna emoción.

-        Y Hermione no es una sabelotodo, es inteligente al contrario que tú- continuó Ron.

Hagrid tenía a Norberto listo y encerrado en una gran jaula.
—Tiene muchas ratas y algo de brandy para el viaje — dijo Hagrid con voz amable—. Y le puse su osito de peluche por si se siente solo.

-        Seguro que se sentirá solo- ironizó Theo.

Del interior de la jaula les llegaron unos sonidos, que hicieron pensar a Harry que Norberto le estaba arrancando la cabeza al osito.

Cho Chang compuso una mueca de desagrado.

— ¡Adiós, Norberto! —sollozó Hagrid, mientras Harry y Hermione cubrían la jaula con la capa invisible y se metían dentro ellos también—. ¡Mamá nunca te olvidará!

-        Ni yo tampoco- masculló Ron mirándose la mano.

Cómo se las arreglaron para llevar la jaula hasta la torre del castillo fue algo que nunca supieron. Era casi medianoche cuando trasladaron la jaula de Norberto por las escaleras de mármol del castillo y siguieron por pasillos oscuros. Subieron una escalera, luego otra... Ni siquiera uno de los atajos de Harry hizo el trabajo más fácil.

-        ¿Y alguno de los hechizos que se conocía Hermione?- preguntó Ginny.

-        Por desgracia en esos tiempos no sabía hacer un hechizo pesopluma y no tenía potencia suficiente como para usar un Wingardium Leviosa con un dragon- explicó ella.

-        ¿Cargastéis un dragon hasta la torre de astronomía al modo muggle?- preguntó Dennis admirado y los dos se encogieron de hombros asintiendo.

— ¡Ya casi llegamos! —resopló Harry, mientras alcanzaban el pasillo que había bajo la torre más alta.
Entonces, un súbito movimiento por encima de ellos casi les hizo soltar la jaula. Olvidando que eran invisibles,

-        A veces extraña- dijo Remus con comprensión.

se encogieron en las sombras, contemplando las siluetas oscuras de dos personas que discutían a unos tres metros de ellos. Una lámpara brilló.
La profesora McGonagall, con una bata de tejido escocés y una redecilla en el pelo,

-        La de veces que la vimos así- dijo Sirius nostálgico y los bromistas asintieron.

tenía sujeto a Malfoy por la oreja.

-        Todavía sigue en pie lo de la mansión.- Anunció Sirius.

-        Yo estoy pensando más en una isla.- sugirió James.

-        Sin lugar a dudas se lo merece- afirmó Remus. La profesora no podía estar más ruborizada.

—¡Castigo! —gritaba—. ¡Y veinte puntos menos para Slytherin! Vagando en medio de la noche... ¿Cómo te atreves...?
—Usted no lo entiende, profesora, Harry Potter vendrá. ¡Y con un dragón!

-        No va a creerle- comentó Tonks con una sonrisa.

—¡Qué absurda tontería! ¿Cómo te atreves a decir esas mentiras? Vamos, hablaré de ti con el profesor Snape...

-        No va a decigle nada- se quejó Fleur haciendo un mohín en su hermoso rostro.

¡Vamos, Malfoy!
Después de aquello, la escalera de caracol hacia la torre más alta les pareció lo más fácil del mundo. Cuando salieron al frío aire de la noche, donde se quitaron la capa, felices de poder respirar bien, Hermione dio una especie de salto.
— ¡Malfoy está castigado! ¡Podría ponerme a cantar!

-        Te entiendo perfectamente- dijo Ron con una sonrisa mientras Draco los fulminaba con la mirada.

—No lo hagas —la previno Harry.
Riéndose de Malfoy, esperaron, con Norberto  moviéndose en su jaula.  Diez minutos más tarde, cuatro escobas aterrizaron en la oscuridad. Los amigos de Charlie eran muy simpáticos.

-        Claro que sí.- afirmó este.

Enseñaron a Harry y Hermione los arneses que habían preparado para poder suspender a Norberto entre ellos.

-        ¿Eran seguros verdad?- preguntó Hagrid con un poco de ansiedad.

-        Claro que sí- dijo Harry.

-        La prueba de ello es que llego sana y salva- dijo Charlie sonriendo.

Todos ayudaron a colocar a Norberto para que estuviera muy seguro, y luego Harry y Hermione estrecharon las manos de los amigos y les dieron las gracias. Por fin. Norberto se iba... se iba... se había ido.

Varios se contuvieron de aplaudir mientras Hagrid se limpiaba disimuladamente una lágrima.

Bajaron rápidamente por la escalera de caracol, con los corazones tan libres como sus manos,

-        ¿Y la capa?- preguntó Remus con preocupación pero nadie le respondió.

que ya no llevaban la jaula con Norberto. Sin el dragón, y con Malfoy castigado, ¿qué podía estropear su felicidad?

-        No digas eso- se quejaron todos. Desafiar a la suerte no solía salir bien.

La respuesta los esperaba al pie de la escalera. Cuando llegaron al pasillo, el rostro de Filch apareció súbitamente en la oscuridad.

-        Pero tienen la capa- dijo Sirius- ¿Tienen la capa verdad?- nadie le respondió a él tampoco.

—Bien, bien, bien —susurró Harry—. Tenemos problemas.
Habían dejado la capa invisible en la torre.

Todos soltaron un bufido, ¿es que siempre tenían que tener la peor suerte?

-        Bien- dijo Dumby- Tal vez deberíamos comer.

-        ¡No!- gruñó todo el comedor.

-        Bien un capítulo más.- dijo el director sonriendo- Filch ¿Querrá leer?

-        El bosque prohibido- casi gruñó.

9 comentarios:

  1. genial!!!!!!!

    actualiza porfavor!!!!

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    1. La cuenta de arriba soy yo. Soy brillo en Potterfics pero no tengo historias soy mas de leer :D
      Si puedes pásate por mi blog el de buthack0.blogspot.com

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  2. Muchas gracias por actualizar tan prontoo!! Me encanto como siempre pero quiero maaaas porque quiero que lleguen ya a encontrar la piedra filosofal!! Un besoo i actualiza pronto pliiis :D

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  3. GENIAL!! ME ENCANTOOO!
    ACTUALIZA PRONTOO

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  4. Esta genial ^^
    Fue un buen capitulo. Menos mal que no tuvieron problemas mayores con lo del dragón aunque casi castigan a Charlie de por vida o.O.
    Que se preparen para el próximo capitulo que va a ser muy oscuro. Ahora todos sabrán los detalles de lo del Bosque Prohibido. Bueno el lado positivo de eso es que le van a quitar más puntos a Malfoy por espantar a Neville.
    Ojala Actualices pronto ^^

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  5. Hola!! yo sigo tu historia desde PT y me alegró que la estés siguiendo.. realmente me gusta :D
    espero que pronto actualizes!
    saludos!! :D

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  6. Genial!!!! Estoy ansiosa por leer como vaa ser todo cuando esten pasando las pruebas =)
    Saludos!!!

    Jimena

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  7. O POR DIOS!! ESTA CHIDISIMO HABER SI PUEDES ENTRAR A MI BLOG HABER SI PUEDES ES:
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    BESOS
    BELLA POTTER

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