lunes, 23 de abril de 2012

En Flourish y Blotts I

¡¡¡Feliç Sant Jordi!!!

Es una fiesta de Catalunya, no se si se celebra en alguna otra parte, donde se regala a los chicos un libro y a las chicas una rosa (a las que tenemos suerte también un libro) por lo que se le conoce con el nombre del día del libro y la rosa. Quería actualizar un capítulo entero pero no tengo tiempo, lo siento. Os dejo un trozo, espero que os guste.



En Flourish y Blotts- leyó cogiendo el libro con absoluta delicadeza.



La vida en La Madriguera no se parecía en nada a la de Privet Drive.



— Gracias a dios- exclamaron todos los Weasley a la vez.



Los Dursley lo querían todo limpio y ordenado;



— Aburridos- gruñeron los Prewett.



la casa de los Weasley estaba llena de sorpresas y cosas asombrosas.



— Como por ejemplo nosotros- dijeron a la vez Fred y George.



Harry se llevó un buen susto la primera vez que se miró en el espejo que había sobre la chimenea de la cocina, y el espejo le gritó: «¡Vaya pinta! ¡Métete bien la que camisa!»



— Al menos alguien está de acuerdo conmigo- murmuró Petunia por encima de las risas- Aunque sea un espejo.



El espíritu del ático aullaba y golpeaba las tuberías cada vez que le parecía que reinaba demasiada tranquilidad en la casa.



— Tranquilidad en nuestra casa equivale al caos en cualquier otra- explicó Ginny al ver las caras incrédulas de todos.



Y las explosiones en el cuarto de Fred y George se consideraban completamente normales.



— Uno se acostumbra- dijeron a la vez Molly y Percy.



— En casa de Freddie también explotan siempre cosas- comentó Molls.



— ¿Freddie es un primo vuestro?- preguntó Terry curioso.



— Sí- contestó Molls demasiado concentrada en el pelaje de Niebla para ver la mirada interrogante que le lanzó su padre.



Lo que Harry encontraba más raro en casa de Ron, sin embargo, no era el espejo parlante ni el espíritu que hacía ruidos,



— ¿No?- preguntó Bill extrañado- ¿Viste acaso la habitación de Charlie?



— No- respondió Harry- ¿Qué hay?



— Pues ha empapelado toda su habitación con imágenes de dragones- explicó Arthur.



— ¿Qué?- preguntó Charlie al ver la mirada de los demás- Me gustan los dragones- musitó.



— Ya era hora de que lo reconocieses- dijeron con sorna los gemelos.



— No me refería a gustar de gustar- dijo Charlie rojo de vergüenza- Sino a que los encuentro divertidos.



sino el hecho de que allí, al parecer, todos le querían.



— No solo lo parece Harry.- dijo Ginny- Todos te queremos.



— Aunque no todos de la misma forma- añadió Al en voz baja haciendo reír a Scorp.



— ¿De que os estáis riendo?- preguntó Ron.



— De nada, de nada- respondieron los dos con idénticas sonrisas ladeadas y negando con la cabeza.



— Nunca trates de sacar una respuesta de los clones- gruñó Louis.



— ¿Los clones?- preguntaron Draco y Harry asustados.



— Esos- dijo Gwen señalando a Scorp y Al que tenían cara de angelitos- También los llaman los siameses.



— Por que siempre están juntos y conspirando- terminó Alex.



— ¿Nosotros?- preguntaron a la vez- Que va.



— Y porqué si quieren pueden decir lo mismo durante horas- se les sumó Molls- Es frustrante.



— Exagerados- dijeron a la vez los dos chicos.



— No, no lo son- les dijo Allie.



— A veces llegáis a ser muy molestos- añadió Rose.



— Entonces dejaremos…- empezó Scorp.



— De hablar…- continuo Al.



— A la…- le tocó el rubio.



— Vez.- terminó el moreno.



— ¡Tío Harry! ¡Draco!- exclamó Rose.



— Yo no me meto- dijeron los dos a la vez.



— Parad ya- dijo Allie- Es escalofriante.



— Y no saldrá con alguien que haga cosas escalofriantes ¿verdad Allie?- dijo Astoria con una sonrisa-



— Ok ya paramos- dijo Al asustado.



— Mandado- gruñó Scorp.



— Yo no soy el que mataría si se lo mandase con una sonrisa de cierta chica- le devolvió Al.



La señora Weasley se preocupaba por el estado de sus calcetines e intentaba hacerle comer cuatro raciones en cada comida.



— Muchas gracias Molly- dijo Lily.



— Ese chico está demasiado delgado- el contestó la mujer- Cualquiera le hubiese dado toda la comida posible.



— Lo que yo no entiendo es como alguien, Weasley aparte, puede comer cuatro de las raciones de Molly- dijo Scorp.



— Yo con una paso todo el día- le secundó Allie.



Al señor Weasley le gustaba que Harry se sentara a su lado en la mesa para someterlo a un interrogatorio sobre la vida con los muggles, y le preguntaba cómo funcionaban cosas tales como los enchufes o el servicio de correos.



Rose soltó una risita afectuosa.



— Mi hermanito hace lo mismo con mis abuelos- explicó la chica con una sonrisa.



— Ay dios- murmuró Ron.



— Entonces tus abuelos son muggles- dedujo Hermione y al asentir al chica sonrió, no te emociones, hay mucha gente con padres muggle se regañó.



— ¡Fascinante! —decía, cuando Harry le explicaba cómo se usaba el teléfono—.



— ¿Un qué?- preguntó Draco asombrado.



— Un aparato que se usa como espejo comunicador pero solo puedes oír a la persona no verla- explicó Scorp sorprendiendo a muchos- Si lo que quieres es verla entonces necesitas una web-cam y un pc.



— ¿Una wepam y un pece?- preguntó aún más extrañado Draco.



— Déjalo papá- dijo el chico.- No lo entenderías.



— Oye que soy bastante inteligente- se quejó el rubio ofendido.



— Pero un negado en cosas muggles- afirmó Scorp.



— Todavía recuerdo el día en que intentamos que él y tío Ron supiesen lo que es el Internet- murmuró Al.



— No me lo recuerdos- suplicaron Allie y Rose.



— No es culpa nuestra no habernos criado con esas cosas- dijo Ron enfadado.



— Mamá también es hija de magos y lo pilló a la primera- dijo Al con una sonrisa burlona.



— Pero tu madre es listísima Al- dijo Scorp mirando de reojo a Ginny quién en ese momento fulminaba la casa de las águilas con la mirada- Y muy buena en el Quidditch.



— Debe ser la mujer perfecta- gruñó la pelirroja con sorna sin poder evitarlo.



— Se acerca- contestaron los dos chicos a la vez haciéndole fruncir el ceño.



— ¿Disfrutáis torturándola?- preguntó en murmullos Molls con mirada reprobadora.



— No tanto como ella castigándonos- respondió Al divertido.



Son ingeniosas de verdad, las cosas que inventan los muggles para apañárselas sin magia.



— Mucho- afirmó Scorpius asintiendo con la cabeza mientras Draco evitaba protestar.



Una mañana soleada, cuando llevaba más o menos una semana en La Madriguera, Harry les oyó hablar sobre Hogwarts.



— Hogwarts, Hogwarts, Hogwarts- canturrearon todos los alumnos i el director.



Cuando Ron y él bajaron a desayunar, encontraron al señor y la señora Weasley sentados con Ginny a la mesa de la cocina. Al ver a Harry Ginny dio sin querer un golpe al cuenco de las gachas y éste se cayó al suelo con gran estrépito.



Ginny se ruborizó completamente mientras todos reían a la vez que Al y Scorp compartían una mirada cómplice.



— Vaya- susurró Rose a Allie- Cuando Tía Ginny nos dijo que estaba enamorada de Tío Harry desde que lo conoció no bromeaba.- Allie soltó una carcajada.



Ginny solía tirar las cosas cada vez que Harry entraba en la habitación donde ella estaba.



— Vaya, patosa como Tonks entonces- dijo Charlie con una sonrisa.



Se metió debajo de la mesa para recoger el cuenco y se levantó con la cara tan colorada y brillante como un tomate.



— Sonrojo al estilo Weasley- canturrearon los cercanos ha esa familia.



Haciendo como que no lo había visto,



— Bien hecho- le felicitó Lily con una sonrisa.



Harry se sentó y cogió la tostada que le pasaba la señora Weasley.

—Han llegado cartas del colegio —dijo el señor Weasley entregando a Harry y a

Ron dos sobres idénticos de pergamino amarillento, con la dirección escrita en tinta verde—.



Sirius compuso una mueca de asco mientras James miraba mal a los Slytherin.



Dumbledore ya sabe que estás aquí, Harry; a ése no se le escapa una.



Dumbledore sonrió como un niño al que han pillado cometiendo una travesura y Minie giró los ojos.



También han llegado cartas para vosotros dos —añadió, al ver entrar tranquilamente a Fred y George, todavía en pijama.



Angelina i Alicia suspiraron.



Hubo unos minutos de silencio mientras leían las cartas. A Harry le indicaban que cogiera el tren a Hogwarts el 1 de septiembre, como de costumbre, en la estación de Kings Cross.



— ¿Alguna vez lo toman en otro sitio?- preguntó Molls y Molly negó con la cabeza.



Se adjuntaba una lista de los libros de texto que necesitaría para el cursosiguiente:



Los estudiantes de segundo curso necesitarán:

—El libro reglamentario de hechizos (clase 2), Miranda Goshawk.

—Recreo con la «banshee», Gilderoy Lockhart.

—Una vuelta con los espíritus malignos, Gilderoy Lockhart.

—Vacaciones con las brujas, Gilderoy Lockhart.

—Recorridos con los trols, Gilderoy Lockhart.

—Viajes con los vampiros, Gilderoy Lockhart.

—Paseos con los hombres lobo, Gilderoy Lockhart.

—Un año con el Yeti, Gilderoy Lockhart.



— Vuestro profesor debe de ser un fanático de ese tipo- comentó Lia.



— Estaba enamorado de él- contestó Ron con desinterés mientras Harry y Hermione reían.



Después de leer su lista, Fred echó un vistazo a la de Harry

— ¡También a ti te han mandado todos los libros de Lockhart! —exclamó—. El nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras debe de ser un fan suyo;



— Lo que dije- comentó Lia.



apuesto a que es una bruja.



— Por lo que ha dicho Ron tendría sentido- comentó Alice.



— Pero ha utilizado el masculino- le contestó Frank.



En ese instante, Fred vio que su madre lo miraba severamente, y trató de disimular untándose mermelada en el pan.

—Todos estos libros no resultarán baratos —observó George, mirando de reojo a sus padres—. De hecho, los libros de Lockhart son muy caros...



— Muérdete la lengua papá- dijo Scorp con severidad al ver que este había abierto la boca para hablar con una sonrisa burlona.



— Pero…- se quejó el chico.



— ¿Es que quieres que nuestro hijo pierda sus amigos por culpa de tu gran bocota?- le regañó Astoria.



— No, claro, pero…- reconoció Draco.



— Entonces ni un comentario despectivo sobre los Weasley-dijo Astoria enfadada.



— Gracias Greengrass- dijo Ginny con una sonrisa amable.



— Por nada Weasley- contestó la chica devolviéndole la sonrisa.



— Glups- dijo Al en un susurro- Estas ya empiezan a ser amigas.



— Cosa muy contraproducente para nosotros- aseguró Scorp también en voz baja.



— ¿Por qué?- preguntó Gwen extrañada.



— Porqué por separado ya dan miedo- dijo Scorp.



— Pero juntas son letales- terminó Al fingiendo un leve temblor.



—Bueno, ya nos apañaremos —repuso la señora Weasley aunque parecía preocupada—. Espero que a Ginny le puedan servir muchas de vuestras cosas.

— ¿Es que ya vas a empezar en Hogwarts este curso? —preguntó Harry a Ginny



— No- ironizaron los gemelos Weasley- Fue el año pasado con vosotros.



Ella asintió con la cabeza, enrojeciendo hasta la raíz del pelo, que era de color rojo  encendido, y metió el codo en el plato de la mantequilla.



Las risitas burlonas no se hicieron esperar.



— Si que estabas colada por Potter ¿eh Weasley?- dijo Cormac riendo. Ginny alzó la varita y le lanzó un moco murciélago.



— ¿Alguien quiere añadir algo?- pidió dulcemente todos negaron con la cabeza.



— Ahora entiendo lo que queríais decir- comentó Alex en voz baja.



Afortunadamente, el único que se dio cuenta fue Harry,



— Ahora ya no- comentó Harry- Lo lamento Ginny.



— No importa Harry- contestó la chica con una sonrisa- Nadie va a decir nada sobre eso ¿Verdad?- preguntó jugando con su varita.



porque Percy el hermano mayor de Ron, entraba en aquel preciso instante.



Molls sonrió contenta cosa que Percy notó, notó una enorme felicidad que se enfrió al recordar su comportamiento posterior.



Ya se había vestido y lucía la insignia de prefecto de Hogwarts en el chaleco de punto.



— Cof, cof pomposo cof, cof- dijeron los gemelos Weasley entre toses.



— Envidiosos- contestó Molls enfadada.



— Jamás seríamos prefectos- rugió George.



— Ya, ya- respondió Percy con una sonrisa burlona.



— Locos- murmuró Fred cruzándose de brazos mientras padre e hija se sonreían al ver que habían ganado esa batalla.



—Buenos días a todos —saludó Percy con voz segura—. Hace un hermoso día.



— ¿En serio?- preguntó Oliver levantando una ceja- Que saludo tan natural- ironizó.



Se sentó en la única silla que quedaba, pero inmediatamente se levantó dando un brinco, y quitó del asiento un plumero gris medio desplumado. O al menos eso es lo que Harry pensó que era, hasta que vio que respiraba.



— Errol- dijo con cariño Ron.



¡Errol! —exclamó Ron, cogiendo a la maltratada lechuza y sacándole una carta que llevaba debajo del ala—. ¡Por fin! Aquí está la respuesta de Hermione.



— Que impaciente estaba- dijo Rose con una sonrisa.



Le escribí contándole que te íbamos a rescatar de los Dursley.



— “Rescatado” de su propia casa. Si yo y Lily…- dijo James con amargura.- Ese Voldemort va a sufrir- rugió con decisión.



— A nadie le gusta enfrentarse a la ira merodeadora- le apoyó Sirius.



— A nadie- terció Remus sonriendo a James. Este les devolvió la sonrisa conmovido,



Ron llevó a Errol hasta una percha que había junto a la puerta de atrás e intentó que se sostuviera en ella, pero Errol volvió a caerse,



Varios rieron por lo bajo divertidos pero Arthur les fulminó con la mirada.



así que Ron lo dejó en el escurridero, exclamando en voz baja « ¡Pobre!».



— Sí, pobrecillo- dijo Pavarti con tristeza.



Luego rasgó el sobre y leyó la carta de Hermione en voz alta.



— Ahora eso ya no lo hace- comentó Rose.



— ¿Por qué será?- preguntó con sarcasmo Louis.



Querido Ron, y Harry, si estás ahí:



— Sip- dijo él con una sonrisa.



Espero que todo saliera bien y que Harry esté estupendamente, y que no hayas tenido que saltarte las normas para sacarlo,



— Que va- ironizaron los gemelos Prewett- Todo completamente legal.



Ron, porque eso traería problemas también a Harry.



Ron frunció el cejo.



— Sí me importaba que tuvieses problemas- dijo Hermione adivinando lo que pensaba- Solo que tu hubieses decidido hacerlo y Harry no.



He estado muy preocupada



— Vais a lograr que me salgan canas- gruñó la chica.



— Entiendo la sensación- dijeron Molls, Molly y Minerva a la vez.



— Exageradas- murmuraron todos los demás.



y, si Harry está bien, te ruego que me escribas lo antes posible para contármelo, aunque quizá sería mejor que usaras otra lechuza, porque creo que ésta no aguantará un viaje más.



— Eso parece pero en realidad siempre termina llegando- dijo Charlie con una sonrisa.



Por supuesto, estoy muy atareada con los deberes escolares



— ¡Estabais en vacaciones!- dijo Sirius horrorizado.



— Te suena algo llamado “deberes de vacaciones”- preguntó Remus.



— Creo que leí algo sobre ellos…- empezó Sirius- ¡En un libro de torturas!- terminó causando las risas de todo el gran comedor.



 (« ¿Cómo puede ser?», se preguntó Ron horrorizado. « ¡Si estamos en vacaciones!»),



— Mi pensamiento exactamente- dijo Sirius sonriendo al mejor amigo de su ahijado.



 y el próximo miércoles nos vamos a Londres a comprar los nuevos libros. ¿Por qué no quedamos en el callejón Diagon?



— Nosotros siempre quedamos allí- dijeron los gemelos Wood, Louis y Molls con una sonrisa divertida.



— Vosotros y todos- dijo Seamus.



Contadme qué ha pasado en cuanto podáis. Un beso de Hermione



— Para papá, espero- dijo Rose con una sonrisa burlona.



—Bueno, no estaría mal, podríamos ir también a comprar vuestro material —dijo la señora Weasley, comenzando a quitar las cosas de la mesa—. ¿Qué vais a hacer hoy?



— Quidditch- dijeron todos los Weasley menos Percy que giró los ojos.



Harry, Ron, Fred y George planeaban subir la colina hasta un pequeño prado que  tenían los Weasley. Como estaba rodeado de árboles que lo protegían de las miradas indiscretas del pueblo que había abajo, allí podían practicar el quidditch, con tal de que tuvieran cuidado de no volar muy alto. Aunque no podían usar verdaderas pelotas de quidditch, porque si se les escaparan



— Sería divertido soltar una budget en un pueblo muggle- comentaron los gemelos Prewett.



— Mi hermano y sus amigos lo hicieron- explicó Al bajo la mirada horrorizada de Harry y de los adultos.



— Sí, Frankie me dijo que todos empezaron a gritar no sé que de un ovni- dijo Allie horrorizando a Neville.



— Tendré que tener un par de palabras con tu hermano- rugió Hannah.



— ¿Qué es eso de un opni?- preguntó Ron sin hacerle caso a la chica.



— Objeto Volador No Identificado- dijo Rose.



— Lo que resulta ser una nave extraterrestre- aclaró Hermione.



 ¿Cómo cabría alguien en una budget?- preguntó Oliver extrañado.



— Ni idea- respondió Katie mientras todos negaban con la cabeza.



y llegaran a sobrevolar el pueblo, la gente lo vería como un fenómeno de difícil explicación; en su lugar, se arrojaban manzanas. Se turnaban para montar en la Nimbus 2.000 de Harry, que era con mucho la mejor escoba;



— ¿Una Nimbus 2.000?- preguntó Gwen horrorizada.



— Menuda reliquia- le apoyó su hermano cogiendo fuertemente su escoba.



— ¿Qué tipo es?- preguntó Oliver curioso.



— Una saeta 100- repuso Gwen.



— ¡¿Qué?!- dijeron a la vez Al y Scorp.



— La 90 todavía no a salido al mercado- se quejó Al.



— Cierto, nos costo horrores conseguirla- le apoyó Scorp.



— Ventajas de que tus padres sean jugadores profesionales- contestó Alex con una sonrisa.



a la vieja Estrella Fugaz de Ron incluso la adelantaban las mariposas.



Los tres Wood soltaron un gemido horrorizado mientras los demás los miraban incrédulos.



Cinco minutos después se encontraban subiendo la colina, con las escobas al hombro. Habían preguntado a Percy si quería ir con ellos,



— Suerte con eso- dijo Oliver mientras Bill golpeaba a Charlie.



— Si no te hubieses reído de él la primera vez que se subió a una escoba tal vez hubiese ido, idiota- le gruñó.



— Pero es que era muy gra…- empezó pero al ver la mirada de su madre cambió de dirección- Lo siento Perce.



pero les había dicho qué estaba ocupado. Harry sólo había visto a Percy a las horas de comer; el resto del tiempo lo pasaba encerrado en su cuarto.



— Sigo diciendo que tiene novia- susurró Remus.



— O es un prefecto perfecto antisocial- contestó Sirius, para su desgracia su novia le oyó.



— No te metas con el niño- rugió dándole un golpe.



—Me gustaría saber qué se lleva entre manos —dijo Fred, frunciendo el entrecejo—. No parece el mismo. Recibió los resultados de sus exámenes el día antes de que llegaras tú; tuvo doce M.H.B. y apenas se alegró.



— Ok- dijeron los Prewett- Está gravemente enfermo.



— No estaba enfermo- se quejó Percy.



— ¿No lo estabas?- repitió George.



— Muchos lo consideran una enfermedad- siguió Fred.



—Matriculas de Honor en Brujería —explicó George, viendo la cara de incomprensión de Harry—. Bill también sacó doce. Si no nos andamos con cuidado, tendremos otro Premio Anual en la familia. Creo que no podría soportar la vergüenza.



— YA OS COMBENDRÍA A VOSOTROS HACER PUNTOS PARA CONSEGUIR SER PREMIOS ANUALES- rugió Molly enfadada haciendo palidecer a los gemelos.



Bill era el mayor de los hermanos Weasley. Él y el segundo, Charlie, habían terminado ya en Hogwarts. Harry no había visto nunca a ninguno de los dos, pero sabía que Charlie estaba en Rumania estudiando a los dragones, y Bill en Egipto, trabajando para Gringotts, el banco de los magos.

—No sé cómo se las van a arreglar papá y mamá para comprarnos todo lo que necesitamos este curso —dijo George



— Eso no se habla en público- le regañó su padre- Ahora Harry es de la familia pero en esa época acabábamos de conocerle y podrías haberle hecho sentir incómodo.



— Lo siento papá- se disculpó George.



después de una pausa—. ¡Cinco lotes de los libros de Lockhart! Y Ginny necesitará una túnica y una varita mágica, entre otras cosas.

Harry no decía nada. Se sentía un poco incómodo.



— Ves.- volvió a decir Arthur enfadado.



— Lo siento papá- repitió George- Lo siento Harry- añadió.



En una cámara acorazada subterránea de Gringotts, en Londres, tenía guardada una pequeña fortuna que le habían dejado sus padres. Naturalmente, ese dinero sólo servía en el mundo mágico; no se podían utilizar galeones, sickles ni knuts en las tiendas muggles.



— Yo lo intenté una vez- dijo Daphne sonriendo- Nadie sabía para que servían.



— ¿Tú en el mundo muggle?- preguntó Theo.



— Tuve una rabieta infantil e intenté fugarme- explicó- A la media hora ya volvía a estar en casa.



A los Dursley nunca les había dicho una palabra sobre su cuenta bancaria en Gringotts.



— Ni falta hacía que lo hicieses- rugió James enfadado.



Y la verdad es que no creía que su aversión a todo lo relacionado con el mundo de la magia se hiciera extensiva a un buen montón de oro.



— Yo tampoco lo creo- le apoyó Lily.



— Definitivamente no- contestó Petunia algo avergonzada.



Al domingo siguiente, la señora Weasley los despertó a todos temprano.



Todos los Weasley gruñeron a la vez mientras Molly sonreía.



Después de tomarse rápidamente media docena de emparedados de beicon cada uno,



— En vuestra casa no pasáis hambre ¿no?- dijo Dean divertido.



  Nunca- repusieron todos los pelirrojos contentos.



se pusieron las chaquetas y la señora Weasley, cogiendo una maceta de la repisa de la chimenea de la cocina, echó un vistazo dentro.

—Ya casi no nos queda, Arthur —dijo con un suspiro—. Tenemos que comprar un poco más... ¡bueno, los huéspedes primero! ¡Después de ti, Harry, cielo!

Y le ofreció la maceta. Harry vio que todos lo miraban.

— ¿Qué... qué es lo que tengo que hacer? —tartamudeó.



— ¿No es obvio?- preguntó Blaise.



— Como caerías el metro Tío Blaise- contestó Albus este le miró extrañado.



— ¿Metro?- preguntó extrañado.- ¿Que es eso? Y ¿Por qué me llamas Tío Blaise?



— Es obvio lo que es el metro- contestó el Gryffindor- Y bueno, al ser el mejor amigo de Scorp en el futuro te llamo así pero si no quieres…



— No ya me va bien- respondió Blaise con una sonrisa-



—Él nunca ha viajado con polvos flu —dijo Ron de pronto—. Lo siento, Harry, no me acordaba.



— No importa- le contestó Harry con una sonrisa.



— ¿Nunca? —le preguntó el señor Weasley—. Pero ¿cómo llegaste al callejón Diagon el año pasado para comprar las cosas que necesitabas?

—En metro...



— Otra vez esa cosa- dijo Blaise frustrado.

— ¿De verdad? —inquirió interesado el señor Weasley—. ¿Había escaleras mecánicas?



— ¿Qué?- preguntaron todos los sangre-puras extrañadísimos.


¿Cómo son exactamente...?


— Eso quisiéramos saber- contestó Blaise.



— Tal vez deberíamos llevarlos allí- dijo Molls.



— Me niego a pasar otra vez por esa bochornosa experiencia- dijo Scorp.- Ay dios, todavía recuerdo como papá intentó subir las escaleras mecánicas que bajaban.



— O cuando Tío Blaise intentó traspasar todas las paredes del lugar- dijo Al negando con la cabeza.



— O cuando papá se enganchó la ropa con la puerta y se lió a golpes con ella- prosiguió Rose.



— Definitivamente es mala idea- terminó Allie.