jueves, 8 de marzo de 2012

La advertencia de Dobby

Cuando esta se disipó en el centro había un elfo doméstico vestido con lo que parecía ropa para muñecos, con calcetines pero sin zapatos y con un gorro muy raro en la cabeza. Parecía muy nervioso y retorcía sus manos mirando a todos lados.

— Dobby- exclamó Harry sonriendo y el elfo hizo una reverencia en su dirección.

— Señor- dijo Dobby con devoción como siempre que le hablaba- ¿Podría explicarme que hago aquí?

— Yo podría mostrártelo si me dejas hacerte un hechizo- dijo Al.

— Claro que le dejo, usted se parece demasiado al amo Harry para que yo pueda desconfiar de usted- dijo el elfo. Al con una sonrisa le apuntó con una varita, Dobby soltó un jadeo y desenfocó la mirada.

— Todo lo que he visto… ¿Ha pasado realmente?- preguntó el elfo maravillado.

— ¿Otro hechizo inventado por vosotros?- preguntó el director con una nota de admiración.

— Sí,- respondieron los tres- así nos ahorramos tiempo y saliva y la gente no se siente ignorada- explicó Scorp.

— ¿Quiere leer Dobby?- preguntó Dumbledore y al elfo se le llenaron los ojos de lágrimas.

— Será un honor señor- dijo con una gran reverencia, Draco le miraba extrañado por su actitud tan respetuosa.-La advertencia de Dobby

— ¿Advertencia?- preguntó Draco extrañado.- ¿Qué advertencia le hiciste?-

— Joven amo- dijo tembloroso Dobby haciendo levantar la ceja a más de uno por como lo había llamado. Luego levantó la cabeza con determinación- Dobby es un elfo libre, no tiene porqué responder preguntas que no quiera- dijo con resolución.

— Ya te enterarás papá- dijo Scorp rápidamente para evitar un altercado- Al fin y al cabo es el nombre del capítulo.

Harry no gritó, pero estuvo a punto.

— Lo siento- se disculpó con el elfo- Era la primera vez que veía a alguien como tú.

— No se preocupe señor- dijo Dobby con su perenne adoración.

La pequeña criatura que yacía en la cama tenía unas grandes orejas, parecidas a las de un murciélago, y unos ojos verdes y saltones del tamaño de pelotas de tenis.

— Buena descripción de un elfo doméstico- dijo Sirius que se estaba sujetando la barriga de tanto reírse.

— Un elfo libre- corrigió Dobby con orgullo.

En aquel mismo instante, Harry tuvo la certeza de que aquella cosa era lo que le había estado vigilando por la mañana desde el seto del jardín.

— Sí, fui yo- dijo Dobby contento.

La criatura y él se quedaron mirando uno al otro, y Harry oyó la voz de Dudley proveniente del recibidor.
— ¿Me permiten sus abrigos, señor y señora Mason?

— Hasta ahora tenía la esperanza de que fuese una broma- dijo Scorp rodando los ojos.

Aquel pequeño ser se levantó de la cama e hizo una reverencia tan profunda que tocó la alfombra con la punta de su larga y afilada nariz. Harry se dio cuenta de que iba vestido con lo que parecía un almohadón viejo con agujeros para sacar los brazos y las piernas.

Hermione y Rose gruñeron al unísono.

—Esto..., hola —saludó Harry, azorado.
—Harry Potter —dijo la criatura con una voz tan aguda que Harry estaba seguro de  que se había oído en el piso de abaje—, hace mucho tiempo que Dobby quería conocerle, señor... Es un gran honor...
—Gra-gracias —respondió Harry, que avanzando pegado a la pared alcanzó la silla del escritorio y se sentó. A su lado estaba Hedwig, dormida en su gran jaula. Quiso preguntarle «¿Qué es usted?», pero pensó que sonaría demasiado grosero, así que dijo:
— ¿Quién es usted?

— Buenos modales- le felicitaron Lily y Molly a la vez.

—Dobby, señor. Dobby a secas. Dobby, el elfo doméstico —contestó la criatura.

— Nos quedó claro que te llamas Dobby- dijo Blaise riendo.

— ¿De verdad? —dijo Harry—.

— No, te ha mentido- ironizó Al haciendo sonrojar a su padre.

Bueno, no quisiera ser descortés, pero no me conviene precisamente ahora recibir en mi dormitorio a un elfo doméstico.

— No- afirmó su padre- No te conviene lo más mínimo.

De la sala de estar llegaban las risitas falsas de tía Petunia.

— Y tan falsas- dijo Tuney- Que muermos eran esos dos.- bufó enojada.

El elfo bajó la cabeza.
—Estoy encantado de conocerlo —se apresuró a añadir Harry—. Pero, en fin, ¿ha venido por algún motivo en especial?

— No, pasaba por la zona y decidió colarse en tu casa- dijo Draco con sarcasmo.

—Sí, señor —contestó Dobby con franqueza—. Dobby ha venido a decirle, señor..., no es fácil, señor... Dobby se pregunta por dónde empezar...

— ¿Por el principio?- preguntó Rose alzando una ceja.

—Siéntese —dijo Harry educadamente, señalando la cama.

— Mala idea- dijo Sirius negando con la cabeza.

Para consternación suya, el elfo rompió a llorar, y además, ruidosamente.

— Te lo dije- exclamó Sirius con una gran sonrisa en los labios.

— ¡Sen-sentarme! —gimió—. Nunca, nunca en mi vida...

— Pobrecillo- dijo Rose.

— No compartirá tu idea sobre despedir a todos los elfos- dijo Scorp- Pero si el pobre se emociona solo por que lo inviten a sentarse tal vez si debería obtener libertad o otros amos.- terminó. Draco dirigió su vista hacia la mesa algo avergonzado.

A Harry le pareció oír que en el piso de abajo hablaban entrecortadamente.

— Oímos algo raro en tu habitación- explicó Dudley.

—Lo siento —murmuró—, no quise ofenderle.

— Usted jamás podría ofenderme señor- dijo Dobby con una inclinación.

— ¡Ofender a Dobby! —repuso el elfo con voz disgustada—. A Dobby ningún mago le había pedido nunca que se sentara..., como si fuera un igual.

— Por que no es un igual- dijo Draco como si fuese una obviedad.

— Sí que lo es- se quejó Rose enfadada. Scorp hizo una mueca que provocó algunas carcajadas en su padre pero cuando Rose y Hermione se giraron hacia él tenía cara de inocencia.

Harry, procurando hacer « ¡chss!» sin dejar de parecer hospitalario, indicó a Dobby un lugar en la cama, y el elfo se sentó hipando. Parecía un muñeco grande y muy feo.

— Lo siento Dobby- dijo Harry mirando la mesa.

— No se disculpe señor - dijo Dobby con seriedad- La libertad de pensamiento es la única que todos los seres, incluso los elfos domésticos, tenemos siempre. No se disculpe por gozar de una libertad.- Todo el mundo miró con admiración al elfo.

Por fin consiguió reprimirse y se quedó con los ojos fijos en Harry, mirándole con devoción.

Harry evitó girar los ojos para no ofender a Dobby.

—Se ve que no ha conocido a muchos magos educados —dijo Harry, intentando animarle.

Draco compuso una mueca de enfado.

Dobby negó con la cabeza. A continuación, sin previo aviso, se levantó y se puso a darse golpes con la cabeza contra la ventana, gritando: «¡Dobby malo! ¡Dobby malo!»

— ¿Por qué hace eso?- preguntó Dudley asustado.

— Los elfos domésticos tenemos que castigarnos si insultamos a nuestros amos señor- dijo Dobby- Y cuando más nos duela mejor.

— Ves,- dijo Rose- Es enfermizo.

— En eso estoy de acuerdo- dijo Scorp- Pero que no tengan que castigarse no significa que tengamos que despedirlos a todos.

—No..., ¿qué está haciendo? —Harry dio un bufido, se acercó al elfo de un salto y tiró de él hasta devolverlo a la cama. Hedwig se acababa de despertar dando un  fortísimo chillido y se puso a batir las alas furiosamente contra las barras de la jaula.

— Como si no hubieseis hecho suficiente ruido- dijo Lily que estaba muy preocupada.

—Dobby tenía que castigarse, señor —explicó el elfo, que se había quedado un poco bizco—. Dobby ha estado a punto de hablar mal de su familia, señor.

— Que tratamiento más cruel- dijo Petunia- Para que después “Verny”- dijo con sarcasmo- se queje de que el gobierno no escucha a la gente.

— ¿Su familia?
—La familia de magos a la que sirve Dobby, señor. Dobby es un elfo doméstico, destinado a servir en una casa y a una familia para siempre.

La cara horrorizada de los dos Dursley no tenia precio.

— ¿Y saben que está aquí? —preguntó Harry con curiosidad.

— No- murmuró Draco por lo bajo.

Dobby se estremeció.
—No, no, señor, no... Dobby tendría que castigarse muy severamente por haber venido a verle, señor. Tendría que pillarse las orejas en la puerta del horno, si llegaran a enterarse.

— ¿Pillarse las orejas con un horno?- preguntó Astoria horrorizada. Draco bajo la mirada hacia la mesa.- En casa se castigan pero hay maneras de hacerlo que no son ni la mitad de crueles.

— Que alguien tenga que castigarse a si mismo ya es de por sí cruel- dijo Daphne mirando mal a su hermana.- Imagínate que a alguien le pegasen tanto como la gente pega a sus elfos.

— ¿Quién sería tan monstruoso para hacer algo así?- le respondió Astoria- Sin duda nadie que conocemos.

— No lo sabes- dijo Theo calmadamente- Vuestra familia suele estar por encima de los demás por lo que siempre os tratan con reverencia pero en su casa… Eso ya es distinto.- Reprimió un escalofrío al recordar a su padre. Daphne lo miró preocupada.

—Pero ¿no advertirán que se ha pillado las orejas en la puerta del horno?
—Dobby lo duda, señor. Dobby siempre se está castigando por algún motivo, señor. Lo dejan de mi cuenta, señor. A veces me recuerdan que tengo que someterme a algún castigo adicional.

— Eso ya es pasarse- dijo Scorp alucinado- ¿Quién pone castigos adicionales?- Draco no podía levantar la vista de la mesa.

—Pero ¿por qué no los abandona? ¿Por qué no huye?

— No puede- dijo furiosa Hermione.

—Un elfo doméstico sólo puede ser libertado por su familia, señor. Y la familia nunca pondrá en libertad a Dobby...

— No concientemente al menos- terminó el elfo con una sonrisa.

Dobby servirá a la familia hasta el día que muera, señor.

— Eso no terminó siendo así- dijo Ron sonriéndole.

Harry lo miró fijamente.

— Eso es de mala educación- gruñó Lily.

—Y yo que me consideraba desgraciado por tener que pasar otras cuatro semanas aquí —dijo—.

— Siempre poniendo a los demás por encima- suspiró Ginny medio embobada medio exasperada.

Lo que me cuenta hace que los Dursley parezcan incluso humanos.

Dudley y Petunia bajaron la cabeza avergonzados.

— Creo que hasta la loca de Bellatrix se ve humana al lado de esa actitud- dijo Al.

— Bellatrix no se ve humana ni al lado del Innombrable- gruñeron a la vez Neville, Augusta y Sirius.

¿Y nadie puede ayudarle? ¿Puedo hacer algo?

— Siempre tratando de ayudar a los demás- dijo Ginny demasiado alto.

— Eso no es malo ¿verdad?- dijo Harry quién, para desgracia de la pelirroja, la había oído.

— No, solo que tal vez deberías pensar más en ti mismo- le dijo la chica algo ruborizada.

Casi al instante, Harry deseó no haber dicho nada. Dobby se deshizo de nuevo en gemidos de gratitud.
—Por favor —susurró Harry desesperado—, por favor, no haga ruido. Si los Dursley le oyen, si se enteran de que está usted aquí...

— Tendrás serios problemas- asintió Sirius enojado.

—Harry Potter pregunta si puede ayudar a Dobby... Dobby estaba al tanto de su grandeza, señor, pero no conocía su bondad...

— No exageres Dobby- dijo Harry ruborizado completamente.

— Dobby- le llamó Collin- Luego tenemos que hablar.- le dijo con una sonrisa.

— ¿De que querrá hablar con Dobby?- preguntó Harry entre susurros a sus mejores amigos.

— Tal vez quiera defender su puesto como fan numero uno de Harry Potter- le contestó Ron también susurrando y Hermione estalló en carcajadas, cosa que hizo sonreír a Ron.

Harry, consciente de que se estaba ruborizando, dijo:
—Sea lo que fuere lo que ha oído sobre mi grandeza, no son más que mentiras.

Snape se atragantó pero al minuto siguiente tenía la cara fría de siempre. Por dentro, sin embargo, estaba hecho un completo lío, ¿desde cuando un Potter desmiente a alguien que le halaga? Desde que Lily se volvió Potter le respondió una molesta voz interior Ese niño lo único que tiene de su madre son los ojos se recordó a si mismo casi gruñendo.

Ni siquiera soy el primero de la clase en Hogwarts, es Hermione, ella...

— Solo por un punto- recordaron Padma, Theo y Terry con una sonrisa.

— Pero lo es- afirmó Ron con orgullo y una gran sonrisa.

Pero se detuvo enseguida, porque le dolía pensar en Hermione.

— Lo siento Harry- dijo Hermione con tristeza.

— Tú me escribiste,- le recordó Harry.- Que yo no recibiera las cartas no fue culpa tuya.

—Harry Potter es humilde y modesto —dijo Dobby, respetuoso.

— Es definitivo- musitó Collin a la oreja de su hermano y este asintió solemne.

Le resplandecían los ojos grandes y redondos—. Harry Potter no habla de su triunfo sobre El-que-nodebe-ser-nombrado.

— Eso fue mamá- dijo Harry pero solo el profesor de pociones estuvo de acuerdo con él.

— ¿Voldemort? —preguntó Harry.
Dobby se tapó los oídos con las manos y gimió:
— ¡Señor, no pronuncie ese nombre! ¡No pronuncie ese nombre!
— ¡Perdón! —se apresuró a decir—. Sé de muchísima gente a la que no le gusta que se diga..., mi amigo Ron...
Se detuvo. También era doloroso pensar en Ron.

— Lo siento.- dijo Ron bajando la cabeza.

— Aplícate lo que le he dicho a Hermione- le contestó Harry con una sonrisa.

Dobby se inclinó hacia Harry, con los ojos tan abiertos como faros.
—Dobby ha oído —dijo con voz quebrada— que Harry Potter tuvo un segundo encuentro con el Señor Tenebroso, hace sólo unas semanas...,

— Sí- gruñó Lily enfadada.

y que Harry Potter escapó nuevamente.

— Por pura suerte- dijo James frustrado.

Harry asintió con la cabeza, y a Dobby se le llenaron los ojos de lágrimas.
— ¡Ay, señor! —exclamó, frotándose la cara con una punta del sucio almohadón que llevaba puesto—. ¡Harry Potter es valiente y arrojado! ¡Ha afrontado ya muchos peligros! Pero Dobby ha venido a proteger a Harry Potter, a advertirle, aunque más tarde tenga que pillarse las orejas en la puerta del horno, de que Harry Potter no debe regresar a Hogwarts.

— ¿Qué?- dijeron todos.

— Nuestro segundo año- murmuró Terry- El año de la cámara de los secretos.

— ¿Sabias lo de la cámara Dobby?- preguntó Draco y este asintió vigorosamente.

Hubo un silencio, sólo roto por el tintineo de tenedores y cuchillos que venía del piso inferior, y el distante rumor de la voz de tío Vernon.
— ¿Qué-qué? —tartamudeó Harry—. Pero si tengo que regresar; el curso empieza el 1 de septiembre. Eso es lo único que me ilusiona. Usted no sabe lo que es vivir aquí. Yo no pertenezco a esta casa, pertenezco al mundo de Hogwarts.

— Sí- dijo Sirius- Harry es como yo, su hogar es Hogwarts.- Sus le cogió la mano al escuchar la desesperación en su voz.

—No, no, no —chilló Dobby, sacudiendo la cabeza con tanta fuerza que se daba golpes con las orejas—. Harry Potter debe estar donde no peligre su seguridad. Es demasiado importante, demasiado bueno, para que lo perdamos. Si Harry Potter vuelve a Hogwarts, estará en peligro mortal.

— ¿En peligro mortal?- preguntó Alice asustada mientras Frank ponía una mano sobre el hombro de su hijo.

— ¿Por qué? —preguntó Harry sorprendido.
—Hay una conspiración, Harry Potter.

— ¿Una conspiración?- preguntó asustada Lia- ¿En el primer año de mi pequeña?

Una conspiración para hacer que este año sucedan las cosas más terribles en el Colegio Hogwarts de Magia —susurró Dobby, sintiendo un temblor repentino por todo el cuerpo—. Hace meses que Dobby lo sabe, señor.

— O sea que sus amos tienen algo que ver- dedujo Theo en voz baja.

— No- dijo Draco- Es imposible.

Harry Potter no debe exponerse al peligro: ¡es demasiado importante, señor!

— Es cierto- dijo Sirius- Eres demasiado importante para nosotros como para exponerte así.

— ¿Qué cosas terribles? —preguntó inmediatamente Harry—. ¿Quién las está tramando?

— Dudo que pueda decirlo Harry- comentó Ginny.

Dobby hizo un extraño ruido ahogado y acto seguido se empezó a golpear la cabeza furiosamente contra la pared.

La cara de Hermione se contrajo en una mueca furiosa mientras Rose apretaba los puños.

— ¡Está bien! —gritó Harry, sujetando al elfo del brazo para detenerlo—. No puede decirlo, lo comprendo. Pero ¿por qué ha venido usted a avisarme?

— Por que usted es demasiado importante- repitió el elfo interrumpiendo la lectura.

—Un pensamiento repentino y desagradable lo sacudió—. ¡Un momento! Esto no tiene nada que ver con Vol..., perdón, con Quien-usted-sabe, ¿verdad?

— Todo lo que pasa está directa o indirectamente relacionado con él- dijo Harry con tristeza y cansancio.

Basta con que asiente o niegue con la cabeza —añadió apresuradamente, porque Dobby ya se disponía a golpearse de nuevo contra la pared.

— Buena estrategia- rieron Fred y George.

Dobby movió lentamente la cabeza de lado a lado.
—No, no se trata de Aquel-que-no-debe-ser-nombrado, señor.
Pero Dobby tenía los ojos muy abiertos y parecía que trataba de darle una pista.

— Sí señor- dijo Dobby con una sonrisa- Dobby no podía decirle pero quería advertirle.

— Da un poco de grima que hable de él en tercera persona- comentó Ron por lo bajo recibiendo una patada de Rose y otra de Hermione.

Harry, sin embargo, estaba completamente desorientado.
—Él no tiene hermanos, ¿verdad?

Un jadeo horrorizado recorrió el gran comedor.

— Oye- dijo Tonks con el pelo rojo- Que ser hermanos no significa nada. Mi madre es hermana de Bellatrix Lestrange y es una magnífica persona.

Dobby negó con la cabeza, con los ojos más abiertos que nunca.
—Bueno, siendo así, no puedo imaginar quién más podría provocar que en Hogwarts sucedieran cosas terribles —dijo Harry—. Quiero decir que, además, allí está Dumbledore. ¿Sabe usted quién es Dumbledore?

— Todo el mundo sabe quién es Dumby- dijeron los Prewett negando con la cabeza.

Dobby hizo una inclinación con la cabeza.
—Albus Dumbledore es el mejor director que ha tenido Hogwarts.

— Gracias Dobby- dijo el director sonriendo.

— Dobby solo dice la verdad señor- afirmó el elfo con una reverencia.

Dobby lo sabe, señor. Dobby ha oído que los poderes de Dumbledore rivalizan con los de Aquel-queno-debe-ser-nombrado. Pero, señor —la voz de Dobby se transformó en un apresurado susurro—, hay poderes que Dumbledore no..., poderes que ningún mago honesto...

— O que son hereditarios- dijo Dumby pensando en el parsel.

Y antes de que Harry pudiera detenerlo, Dobby saltó de la cama, cogió la lámpara de la mesa de Harry y empezó a golpearse con ella en la cabeza lanzando unos alaridos que destrozaban los tímpanos.

— Ah, eso produjo esos gritos- dijo Dudley- Yo pensaba que te habías vuelto loco.

En el piso inferior se hizo un silencio repentino. Dos segundos después, Harry, con el corazón palpitándole frenéticamente, oyó que tío Vernon se acercaba, explicando en voz alta:
— ¡Dudley debe de haberse dejado otra vez el televisor encendido, el muy tunante!

— Problemas- dijo Neville mientras los merodeadores gruñían.

— ¡Rápido! ¡En el ropero! —dijo Harry, empujando a Dobby, cerrando la puerta y echándose en la cama en el preciso instante en que giraba el pomo de la puerta.
— ¿Qué demonios estás haciendo? —preguntó tío Vernon rechinando los dientes, su cara espantosamente cerca de la de Harry—. Acabas de arruinar el final de mi chiste sobre el jugador japonés de golf...

— Les hiciste un favor a los Mason- afirmó Dudley.

— Y a nosotros, nos evitaste la vergüenza ajena- comentó Petunia.

¡Un ruido más, y desearás no haber nacido, mocoso!

— Creo que tenemos que hacerle otra visita chicos- dijo Remus echando humo.

Tío Vernon salió de la habitación pisando fuerte con sus pies planos. Harry, temblando, abrió la puerta del armario y dejó salir a Dobby.
— ¿Se da cuenta de lo que es vivir aquí? —le dijo—. ¿Ve por qué debo volver a
Hogwarts? Es el único lugar donde tengo..., bueno, donde creo que tengo amigos.

— Donde tienes amigos- rectificaron Ron, Hermione, Neville, Ginny y Luna a la vez.

— ¿Amigos que ni siquiera escriben a Harry Potter? —preguntó maliciosamente.

— ¿Cómo lo sabe?- preguntó Neville extrañado.

—Supongo que habrán estado... ¡Un momento! —dijo Harry, frunciendo el entrecejo—. ¿Cómo sabe usted que mis amigos no me han escrito?

— Eso he preguntado yo- dijo Neville como un niño pequeño.

Dobby cambió los pies de posición.
—Harry Potter no debe enfadarse con Dobby. Dobby pensó que era lo mejor...

— ¿Cogiste nuestras cartas?- preguntó Hermione enfadada.

— ¿Ha interceptado usted mis cartas?
—Dobby las tiene aquí, señor —dijo el elfo, y escapando ágilmente del alcance de Harry, extrajo un grueso fajo de sobres del almohadón que llevaba puesto.

— Y tan grueso, escribí más que Hermione al hacer una redacción de historia- se quejó Ron.

Harry pudo distinguir la esmerada caligrafía de Hermione, los irregulares trazos de Ron, y hasta un garabato que parecía salido de la mano de Hagrid, el guardabosques de Hogwarts.

— Claro- dijo Hagrid- Te escribí un par de veces.

Dobby, inquieto, miró a Harry y parpadeó.
—Harry Potter no debe enfadarse... Dobby pensaba... que si Harry Potter creía que  sus amigos lo habían olvidado... Harry Potter no querría volver al colegio, señor.

— Como si no volver a Hogwarts fuera una opción- dijo con amargura Sirius.

Harry no escuchaba. Se abalanzó sobre las cartas, pero Dobby lo esquivó.

— Por muy buenos reflejos que tengas no creo que lo cojas.- dijo Oliver sonriendo.

—Harry Potter las tendrá, señor, si le da a Dobby su palabra de que no volverá a
Hogwarts. ¡Señor, es un riesgo que no debe afrontar! ¡Dígame que no irá, señor!

— No te dirá eso- dijo Ron negando con la cabeza.

— Es más terco que una mula- afirmó Hermione entre risas.

— ¡Iré! —dijo Harry enojado—. ¡Déme las cartas de mis amigos!
—Entonces, Harry Potter no le deja a Dobby otra opción —dijo apenado el elfo.
Antes de que Harry pudiera hacer algún movimiento, Dobby se había lanzado como una flecha hacia la puerta del dormitorio, la había abierto y había bajado las escaleras corriendo.

— Problemas- murmuraron Al y Scorp.

Con la boca seca y el corazón en un puño, Harry salió detrás de él, intentando no hacer ruido. Saltó los últimos seis escalones, cayó como un gato sobre la alfombra del recibidor.

— Con el entrenamiento de Quidditch que hacíamos no es extraño- dijo Angelina con una sonrisa.

— ¿Entrenabais como caer?- preguntó Blaise burlón.

— Como hacerlo sin hacernos daño- explicó Katie sonriendo orgullosa a su capitán.

y buscó a Dobby
Del comedor venía la voz de tío Vernon que decía:
—... señor Mason, cuéntele a Petunia aquella divertida anécdota de los fontaneros americanos, se muere de ganas de oírla...

— Claro que sí- ironizó ella girando los ojos.

Harry cruzó el vestíbulo, y al llegar a la cocina, sintió que se le venía el mundo encima. El pudín magistral de tía Petunia, el montículo de nata y violetas de azúcar, flotaba cerca del techo.

— ¿Entonces no fue usted?- dijo Fudge sorprendido.

— No, no fui yo- afirmó Harry exasperado.

Dobby estaba en cuclillas sobre el armario que había en un rincón.
—No —rogó Harry con voz ronca—. Se lo ruego..., me matarán...
—Harry Potter debe prometer que no irá al colegio.

— ¿Lo estabas intentando atar en un pacto mágico?- preguntó Draco gratamente sorprendido. Dobby asintió avergonzado y Draco compuso una sonrisa.- Hasta mis elfos son más astutos que los de los demás.- les murmuró a sus amigos que giraron los ojos.

—Dobby..., por favor...
—Dígalo, señor...
— ¡No puedo!
—Entonces Dobby tendrá que hacerlo, señor, por el bien de Harry Potter.
El pudín cayó al suelo con un estrépito capaz de provocar un infarto. El plato se hizo añicos y la nata salpicó ventanas y paredes. Dando un chasquido como el de un látigo, Dobby desapareció.  

— ¿Quieres ser un merodeador?- preguntó Sirius con los ojos brillantes.

— Ni Lunático lo hubiese hecho mejor- apuntó James.

— Yo no abría dejado testigos.- le rebatió Remus.

Del comedor llegaron unos alaridos y tío Vernon entró de sopetón en la cocina y halló a Harry paralizado por el susto y cubierto de la cabeza a los pies con los restos del pudín de tía Petunia.

— Problemas- murmuró Sus preocupada.

— Graves problemas- afirmó Lily todavía más preocupada.

Al principio le pareció que tío Vernon aún podría disimular el desastre («nuestro sobrino, ya ven..., está muy mal..., se altera al ver a desconocidos, así que lo tenemos en el piso de arriba...»).

— Hipócrita- gruñeron los Prewett furiosos.

Llevó a los impresionados Mason de nuevo al comedor, prometió a Harry que, en cuanto se fueran, lo desollaría vivo,

— Seré yo la que te desollaré vivo a ti- rugió Ginny furiosa y sus hermanos se apartaron de ella con miedo mientras Harry la miraba sonriendo tiernamente.

y le puso una fregona en las manos. Tía Petunia sacó helado del congelador y Harry, todavía temblando, se puso a fregar la cocina.

— Otra vez con el exceso de trabajo infantil- gruñó Molly quién daba casi tanto miedo como su hija.

Tío Vernon podría haberlo solucionado de esta manera, si no hubiera sido por la lechuza.

— ¿Qué hizo ese magnífico animal?- preguntó Sus.

En el preciso instante en que tía Petunia estaba ofreciendo a sus invitados unos bombones de menta, una lechuza penetró por la ventana del comedor, dejó caer una carta sobre la cabeza de la señora Mason y volvió a salir.

— Las lechuzas de esta historia son genial- dijo Sirius con una sonrisa.

La señora Mason gritó como una histérica y huyó de la casa exclamando algo sobre los locos. El señor Mason se quedó sólo lo suficiente para explicarles a los Dursley que su mujer tenía pánico a los pájaros de cualquier tipo y tamaño,

— Ya se que hechizo usar contra ella si me la encuentro- dijo Rose con una sonrisa.

— Rose,- dijo Allie- Tal vez deberías dejar de conjurar pájaros asesinos.

— Y tal vez debería seguir haciéndolo- le contestó sacando la lengua.

y para preguntarles si aquélla era su forma de gastar una broma.

— Que va- dijo George.

— Esta es nuestra forma de gastar una broma.- terminó Fred con una sonrisa.

Harry estaba en la cocina, agarrado a la fregona para no caerse, cuando tío Vernon avanzó hacia él con un destello demoníaco en sus ojos diminutos.

— Como se atreva a tocarte un pelo se las verá conmigo- dijo Lily.

— Y nuestra broma le parecerá inocente- terminaron los merodeadores con una sonrisa.

— ¡Léela! —dijo hecho una furia y blandiendo la carta que había dejado la lechuza—. ¡Vamos, léela!

— Se comprensivo Harry- dijo Luna.

— ¿Comprensivo?- preguntó Harry.

— Se muere de ganas de saber que pone allí y está claro que no sabe leer- explicó Luna son una sonrisa.

Harry la cogió. No se trataba de ninguna felicitación por su cumpleaños.

— Hubiese sido muy divertido que lo fuese- dijo Lee con una gran sonrisa.

Estimado Señor Potter:
Hemos recibido la información de que un hechizo levitatorio ha sido usado en su lugar de residencia esta misma noche a las nueve y doce minutos.

— No me lo creo- dijo Sirius.

— ¿Le van a castigar por eso?- preguntó asombrada Alice.

 Como usted sabe, a los magos menores de edad no se les permite realizar conjuros fuera del recinto escolar

— Y como usted sabrá nadie hace caso de esa prohibición si vive con otros magos.- dijo Scorp.

— Porque no nos pueden detectar si lo hacemos- terminó Al.

— Algo que compartir- dijo Astoria que tenía los brazos cruzados sobre el pecho.

— Solo lo hermosa que eres- dijo Scorp algo pálido.

— Y que nosotros no hacemos magia fuera de Hogwarts- apuntó Al también color leche.

y reincidir en el uso de la magia podría acarrearle la expulsión del colegio (Decreto para la moderada limitación de la brujería en menores de edad, 1875, artículo tercero).

— En el que pone que se debe demostrar dicho uso y no solo coger la, en algunos casos errónea, lectura del detector- gruñó Percy enfadado.

Asimismo le recordamos que se considera falta grave realizar cualquier actividad mágica que entrañe un riesgo de ser advertida por miembros de la comunidad no mágica o muggles (Sección decimotercera de la Confederación Internacional del Estatuto del Secreto de los Brujos).
¡Que disfrute de unas buenas vacaciones!

— Seguro que lo hace ahora que el hipopótamo se ha enterado de la prohibición.- ironizó Scorp.

Afectuosamente,
Mafalda Hopkirk
Departamento Contra el Uso Indebido de la Magia
Ministerio de Magia

Harry levantó la vista de la carta y tragó saliva.
—No nos habías dicho que no se te permitía hacer magia fuera del colegio —dijo tío Vernon, con una chispa de rabia en los ojos—. Olvidaste mencionarlo... Un grave descuido, me atrevería a decir...

— Seguro que se descuidó- ironizó Blaise girando los ojos.

Se echaba por momentos encima de Harry como un gran buldog, enseñando los dientes.

Odio los buldogs- dijo Sirius- Son los únicos perros que me disgustan, me recuerdan demasiado a Avery y a Mulcibert.- Los del pasado soltaron una carcajada.

—Bueno, muchacho, ¿sabes qué te digo? Te voy a encerrar...

— ¡¿Qué?!- dijeron todos.

— Está loco, loco de remate- murmuró Padma.

Nunca regresarás a ese colegio... Nunca... Y si utilizas la magia para escaparte, ¡te expulsarán!

— Está completamente chalado- exclamó Bill asombrado.

— Quitando a Minie y a Dumby de la ecuación su plan funcionaría- advirtió Lee.

— Pero la profesora McGonagall sería capaz de buscarnos al polo norte.- dijo Denis con orgulloso.

— Por no hablar de la omnipotencia del director- dijo Charlie sonriendo.

Y, riéndose como un loco,

— Porqué lo es- apuntó Susan.

lo arrastró escaleras arriba. Tío Vernon fue tan duro con Harry como había prometido.

— Tanto o más- musitó Harry con tristeza.

A la mañana siguiente, mandó poner una reja en la ventana de su dormitorio e hizo una gatera en la puerta para pasarle tres veces al día una mísera cantidad de comida.

— A mí me trataban así cuando estaba en Azcaban- rugió Sirius.

— ¿Estuviste en Azcaban?- preguntó muy alterado James. Sirius solo asintió.- O se confundieron de persona o finalmente mataste a tu madre y/o a la loca de tu prima- dijo James intentando aliviar el dolor que veía en el rostro de tu amigo.

— Espérate al próximo libro James- dijo Remus pasando el brazo por los hombros del animago perruno.

— Debe de ser algo muy serio para que me llames James en lugar de Cornamenta- comentó este asustado.

Sólo lo dejaban salir por la mañana y por la noche para ir al baño. Aparte de eso, permanecía encerrado en su habitación las veinticuatro horas del día.

— Esto es inhumano- dijo Frank furioso.

Al cabo de tres días, no había indicios de que los Dursley se hubieran apiadado de él,

— Lo siento Harry- dijo Petunia- Le supliqué a Vernon que no fuese tan cruel pero estaba como ido y casi me ataca así que no volví a tocar el tema.

— No te preocupes tía- le dijo Harry con una sonrisa.

y Harry no encontraba la manera de escapar de su situación.

— No creo que sea posible- dijo James frustrado- No sin magia.

— Todo es posible- le respondieron los gemelos con idénticas sonrisas.

Pasaba el tiempo tumbado en la cama, viendo ponerse el sol tras la reja de la ventana y preguntándose entristecido qué sería de él.

Lily abrazó a su hijo con todas sus fuerzas mientras Allie le tomaba la mano a Al que parecía estar muy deprimido.

¿De qué le serviría utilizar sus poderes mágicos para escapar de la habitación, si luego lo expulsaban de Hogwarts por hacerlo?

— Para divertirte, para darles un buen susto, para romper la monotonía…- empezó a enumerar Sirius.

Por otro lado, la vida en Privet Drive nunca había sido tan penosa.

— Es que hasta entonces no había sido una cárcel- comentó Tonks.

Ahora que los Dursley sabían que no se iban a despertar por la mañana convertidos en murciélagos, había perdido su única defensa.

— Lo de los murciélagos también es una buena idea- dijo Remus con una sonrisa psicópata.

Tal vez Dobby lo había salvado de los horribles sucesos que tendrían lugar en Hogwarts, pero tal como estaban las cosas lo mas probable era que muriese de inanición.

— Y yo comiendo como un cerdo- murmuró Dudley por lo bajo.

Se abrió la gatera y apareció la mano de tía Petunia, que introdujo en la habitación un cuenco de sopa de lata.

— Eso no es suficiente alimento- gruñó Molly haciendo temblar a Petunia.

Harry, a quien las tripas le dolían de hambre,

— Definitivamente no es suficiente alimento- la apoyó Lily mientras muchos maleficios llegaban al cuadro y Snape intentaba no reconsiderar la idea que tenía sobre Harry.

saltó de la cama y se abalanzó sobre el cuenco.

— Como un animal salvaje- murmuró Sirius sin rastro de humor. Este capítulo le estaba recordando demasiado a sus trece años de cautiverio y que su ahijado fuese el protagonista de esa crueldad no ayudaba en nada a mejorar su humor.

La sopa estaba completamente fría,

Todos los Weasley, incluidas las chicas, compusieron una mueca de asco y de horror en sus rostros.

pero se bebió la mitad de un trago. Luego se fue hasta la jaula de Hedwig y le puso en el comedero vacío los trozos de verdura embebidos del caldo que quedaban en el fondo del cuenco.

— Encima comparte la mitad con la lechuza- dijo Collin con adoración.

— El señor Potter es muy generoso- afirmó Dobby con veneración.

Harry enrojeció a más no poder y suplicó que se lo tragara la tierra.

La lechuza erizó las plumas y lo miró con expresión de asco intenso.

— La comprendo- dijeron a la vez todos los Weasley con muecas de repulsión.

—No debes despreciarlo, es todo lo que tenemos —dijo Harry con tristeza.

— También te comprendo- dijo Ron pasando su brazo por los hombros de su amigo.

Volvió a dejar el cuenco vacío en el suelo, junto a la gatera, y se echó otra vez en la cama, casi con más hambre que la que tenía antes de tomarse la sopa.

— Vernon le echó mucha sal- confesó avergonzada Petunia- Y yo le dejé hacerlo.- dijo horrorizada- Prácticamente abolió mi personalidad y encima tiene una aventura.- la voz de Petunia parecía que se iba a romper de un momento a otro.

— Tranquila mamá- dijo Dudley- Cuando esto terminé pides el divorció, le echamos de casa, la vendemos, buscamos una más barata, salgo de la escuela y busco un trabajo y tu buscas un trabajo como enfermera.- la resolución de su hijo la hizo sonreír.

—  No dejarás la escuela pero si cambiarás, nunca me ha gustado ese instituto.- le respondió su madre.

Suponiendo que siguiera vivo cuatro semanas más tarde,

— No seas pesimista- suplicó Hermione que ya se sentía suficiente mal por la situación de su amigo.

¿qué sucedería si no se presentaba en Hogwarts?

— Hagrid les haría otra visita a tus tíos- dijo Minie con una sonrisa patentada por los merodeadores.

— Minie con sonrisa bromista- musitaron Fred y George.

— Apocalipsis- gritó Sus.

— Se recomienda que busquen un lugar seguro, debajo de algo por los posibles terremotos que puedan suceder, recuerden que podrán comprar un kid de supervivencia a mis amigos los gemelos Weasley.- empezó a narrar Lee.- Y sobretodo no os fiéis de nada, el mundo tal y como lo conocemos acaba de cambiar.

— Callaos- gritó Minie roja como un tomate y todos obedecieron al acto.

¿Enviarían a alguien a averiguar por qué no había vuelto?

— Evidentemente- dijo Dumby con una sonrisa afable.

¿Podrían conseguir que los Dursley lo dejaran ir?

— Conseguí que te aceptaran ¿no?- dijo Hagrid.

— No hay nada que Rubeus Hagrid no pueda conseguir- dijeron los cuatro del futuro con sonrisa de expertos.

La habitación estaba cada vez más oscura. Exhausto, con las tripas rugiéndole y el cerebro dando vueltas a aquellas preguntas sin respuesta, Harry concilió un sueño agitado.

— ¿Algunas vez duermes sin agitación?- preguntaron todos los compañeros de cuarto de Harry con preocupación.

Soñó que lo exhibían en un zoo,

Varios rieron mientras otros lo miraran incrédulos.

dentro de una jaula con un letrero que decía «Mago menor de edad».

— Bueno, al menos no ponía niño que vivió- murmuró Harry haciendo reír a sus amigos.

Por entre los barrotes, la gente lo miraba con ojos asombrados mientras él yacía, débil y hambriento, sobre un jergón. Entre la multitud veía el rostro de Dobby y le pedía ayuda a voces, pero Dobby se excusaba diciendo: «Harry Potter está seguro en este lugar, señor»,

— Dobby nunca le dejaría en un zoo señor- aseguró él categóricamente.

y desaparecía. Luego llegaban los Dursley, y Dudley repiqueteaba los barrotes de la jaula, riéndose de él.
— ¡Para! —dijo Harry, sintiendo el golpeteo en su dolorida cabeza—. Déjame en paz... Basta ya..., estoy intentando dormir...

— Viendo tu sueño fue una buena cosa que te despertáramos- murmuró Ron.

Abrió los ojos. La luz de la luna brillaba por entre los barrotes de la ventana. Y alguien, con los ojos muy abiertos, lo miraba tras la reja:

— Como para no tener los ojos abiertos- murmuró Ron.- Tú no te ves dormir.

alguien con la cara llena de pecas, el pelo cobrizo y la nariz larga.

— Ron- exclamaron sus padres, amigos, Bill, Charlie, Percy y Ginny.

— Ronnie- exclamaron los gemelos mientras sonreían con anticipación por el siguiente capítulo.

— Weasley- dijeron los demás aliviados.

Ron Weasley estaba afuera en la ventana.

— Tú ventana está en un segundo piso- dijo Petunia asustada y sorprendida.

— Se ha terminado el capítulo señor- dijo Dobby con una reverencia.

— Director, ¿Podemos tomarnos un pequeño descanso?- preguntó Collin- Me gustaría hablar con Dobby de cierto tema.

— Claro.- dijo con una sonrisa y elfo y fotógrafo desaparecieron en un aula.

— Profesor Snape- dijo Draco con una sonrisa que no auguraba nada bueno- Me gustaría estudiar las propiedades del veritaserum. ¿Me prestaría un frasco?

— Claro señor Malfoy- le contestó el sacando un frasco de su túnica.

— Ay no- murmuró Scorp- Nos vemos luego amigo- dijo antes de echar a correr hacia la salida.

— Quieto Scorp- dijo Blaise.

— Aprecio demasiado mis secretos padrino- contestó Scorp.

— Petrificus totalus- recitó Theo. Blaise y Draco le cogieron por los brazos antes de quitarle el hechizo.

— Al- gritó- Albus- repitió al ver que este no le hacia caso- ¿Podrías demostrar tu valentía Gryffindor y ayudarme?- Al dudó desesperando a la serpiente- ¿Eres capas de desafiar a 20 acromántulas solo y no me puedes ayudar ahora?

— Vale- dijo levantándose con la varita en alto.

— No- dijo Neville- Tú tienes que responderme a mí unas preguntas.- Al tembló- ¿Me prestaréis un poco de veritaserum?

— ¿Porqué no los interrogamos juntos y así tardamos menos?- preguntó Theo con una sonrisa.

— Chicas- pidieron los dos del futuro a la vez completamente blancos.

— No me interrumpáis mientras leo- dijo Rose de mala leche mientras se volvía a sumergir en un libro más viejo que Matusalén.

— Bueno Al, tienes suerte, mi padre es el menos celoso- dijo Allie dejando de hablar por un momento con sus abuelos.- En cuando a ti Scorp, a sido un placer conocerte.

— Mamá- pidió Scorp asustado.

— No podéis interrogar a mi niño- dijo Astoria furiosa- si yo no puedo hacer algunas preguntas y escuchar sus respuestas.

— ¡Mamá!- se quejó Scorp- ¿Tía Daphne?

— Yo también me uno a ellos- dijo ella con una débil sonrisa.

— Mamá y tía Daphne nos han abandonado- dijo Scorp incrédulo.

— Tu tío Theo también -dijo con un suspiro Al.

— Vamos- dijeron los Slytherin y Neville se levantó.

— Yo también quiero ir- dijo Harry como un niño pequeño.

— ¿Le dejamos venir?- dijo Draco.

— Vamos a interrogar a su hijo- comentó Theo.

— Pero es un gryffi- continuó Blaise.

— Yo también soy un león- terció Neville.

— Ven- dijeron los cuatro a la vez.

— Exigimos un abogado- gritaron los dos a la vez.

— Es justo- dijo Hannah mirando a Neville.- Tenéis que dárselo.

— Queremos a Padma Patil- dijo Al.

— ¿Yo?- preguntó asombrada la Ravenclaw mientras un Slytherin estaba que saltaba de contento.

— Bueno- dijo Scorp- Serás la jefa del Wizengamot más joven que ha habido nunca.

— Esa es mi hermana- dijo una orgullosa Parvati mientras su hermana todavía se estaba recuperando de la impresión.

— No me sorprende en absoluto- murmuró Blaise con una sonrisa.

— ¿Seré una jefa del Wizengamot?- dijo con una sonrisa esperanzada.

— Una muy buena- dijo Al- Excesivamente buena, tuviste que tomarte un año sabático porqué en palabras de ti… el Ministro no había suficiente oro en Gringotts para pagar tus horas extras.

— Sí, eso me suena a mi hermana- dijo Parvati sonriente.

— Bien- dijo Padma- Yo os defiendo pequeños.

Los nueve se retiraron a una sala.

12 comentarios:

  1. Buaaaaaa ma encantat el finaal!!! Tinc ganes de veure les preguntes i les declaracions qe fan els del futur, tambe vull qe interroguin a les noies i qe per fi l'Hermione i la Ginny sapiguin qe son les mares de l'Albus i de la Rose :)
    Moltes gracies per actualitzar (ja feia dies que mestava desesperant pq actualitzesis i que no tornes a passar allo qe va pasar quan et vas passar al blog, qe tardaves un mes en actualitzar, i tal com estan les coses seria massa temps per no llegir mes capituls!)
    Doncs lo de sempre, moltes tracies per actualitzar i per fer capituls tan genials com aquest :)
    Molts besitos
    Nadir :D

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  2. Me encantó este capitulo! Espero la actualización pronto...y ver algo más de Katie y Oliver (son mi pareja favorita) Un abrazo. Mechi

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  3. Woooow. La verdad, cada vez me engancha más tu fic Nur(¿Te puedo llamar así?). Me lo releo y todo!!!

    Me encantó todo todo todo. Y, sobretodo..¡¡¡pobres chicos!!!, Blaise, Theo, Draco y los demás los van a matar.Jajajaja, estoy deseando leer esa parte, ¡paso todos los días por aquí para ver si actualizaste!

    Hace tiempo no pones Hannah y Neville, ya quiero que se note algo entre Harry y Ginny. Sí señor.

    Espero sinceramente, que cuando todos se enteren de que los Malfoy son los ex-amos de Dobby, este impida que maten o insulten a Draco, alegando que él era bueno y siempre fue obligado. Se ganará el odio de Astoria, pobre, además, nada fue culpa de él.

    Y, respecto a Padma Zabinni..cof cof es decir Patil cof cof, me encantó que la pusieras de jefa del Winzengamot.

    Miiiiiiiles de besos, Azu!!!!

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  4. me ha encantado el capitulo, ha sido muy entretenido y divertido.

    me encantaria leer más bromas a dursley.

    mola Dobby

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  5. Esta genial el capitulo =D
    Lo del Veritaserum es un poco drastico pero asi no podran negar nada ni emitir ningun detalle. Ya quiero saber como sera ese interrogatorio. ¿Pero como fue que salieron de repente con esa idea?. Pero va a ser interesante leer esa parte XD

    Y también saber que otra broma tienen pensada los Merodeadores para Vernon XD

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  6. estuvo genial para cuando la siguiente parte?

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  7. Me ha encantado, espero ansiosa la continuación.
    Ya quiero ver que pasa con lo del veritaserum

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  8. ola me encanta tu fic y ya quiero que hermi y ginnny se enteren que son las adres de albus y rose espero tu actualizacion besoss

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  9. Supersupersuper bé!! Aquest final sí que és com jo et dic: més història teva i menys JK, que ja és prou famosa ella!! nono es broma, que és i sempre serà una grandíssima escriptora... però tot i així tu també ho ets!! Orgullosa de ser dels prims!!!! :P
    Continuaré llegint, que estic enganxadaa!

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