martes, 20 de diciembre de 2011

Quiddich II

La mañana siguiente amaneció muy brillante y fría. El Gran Comedor estaba inundado por el delicioso aroma de las salchichas fritas

Los Weasley, Sirius y los Prewet suspiraron.

y las alegres charlas de todos, que esperaban un buen partido de quidditch.  
—Tienes que comer algo para el desayuno.

-        Hazle caso- ordenaron Lily y Oliver a la vez aunque por razones distintas.

—No quiero nada.

-        No es excusa.- le riñó Oliver- necesitas fuerza y no se puede jugar con el estomago vacío.

—Aunque sea un pedazo de tostada —suplicó Hermione.
—No tengo hambre.
Harry se sentía muy mal. En cualquier momento echaría a andar hacia el terreno de juego.
—Harry, necesitas fuerza —dijo Seamus Finnigan—. Los únicos que el otro equipo marca son los buscadores.

-        Esto seguro que lo va a animar- murmuró Fábian sonriendo mientras Seamus se ruborizaba.

—Gracias, Seamus —respondió Harry, observando cómo llenaba de salsa de tomate sus salchichas.

-        Tengo hambre- se quejó Sirius y los Weasley asintieron mientras los Prewet miraban suplicantes al director.

-        Este capitulo y comemos chicos- anunció este.

A las once de la mañana, todo el colegio parecía estar reunido alrededor del campo de quidditch. Muchos alumnos tenían prismáticos. Los asientos podían elevarse pero, incluso así, a veces era difícil ver lo que estaba sucediendo.  Ron y Hermione se reunieron con Seamus y Dean en la grada más alta. Para darle una sorpresa a Harry, habían transformado en pancarta una de las sábanas que Scabbers había estropeado. Decía: «Potter; presidente», y Dean, que dibujaba bien, había trazado un gran león de Gryffindor. Luego Hermione había realizado un pequeño hechizo y la pintura brillaba, cambiando de color.

-        Wow- dijeron los que no habían estado en el partido.

-        Gracias chicos- les dijo Harry sonriendo abiertamente.

-        Para nada- le respondieron los otros sonriendo.

Mientras tanto, en los vestuarios, Harry y el resto del equipo se estaban cambiando para ponerse las túnicas color escarlata de quidditch (Slytherin jugaba de verde). Wood se aclaró la garganta para pedir silencio.

-        El discurso- se quejó el equipo al completo.

—Bueno, chicos —dijo.

-        Y chicas- intervino Angelina en el comedor, los del equipo rieron.

—Y chicas —añadió la cazadora Angelina Johnson.
—Y chicas —dijo Wood—. Éste es...

-        El grande —dijo Fred mientras Oliver rodaba los ojos.

-        El que estábamos esperando —continuó George entre risas de sus compañeros de equipo.

—El grande —dijo Fred Weasley
—El que estábamos esperando —dijo George.
—Nos sabemos de memoria el discurso de Oliver — dijo Fred a Harry—. Estábamos en el equipo el año pasado.

Todo el gran comedor rompió a reír

—Callaos los dos —ordenó Wood—. Éste es el mejor equipo que Gryffindor ha tenido en muchos años. Y vamos a ganar.
Les lanzó una mirada que parecía decir: «Si no...».

-        Tendremos entrenamiento cada día de nuestras vidas- terminó Katie.

—Bien. Ya es la hora. Buena suerte a todos.

-        No la necesitamos- gruñeron los gemelos.

Harry siguió a Fred y George fuera del vestuario y, esperando que las rodillas no le temblaran, pisó el terreno de juego entre vítores y aplausos.
La señora Hooch hacía de árbitro. Estaba en el centro del campo, esperando a los dos equipos, con su escoba en la mano.
—Bien, quiero un partido limpio y sin problemas, por parte de todos —dijo cuando estuvieron reunidos a su alrededor.

Sirius rompió a reír. Al ver que todos le miraban como a un loco preguntó:

-        ¿No era una broma?- Sus ojos se clavaron en la profesora- No puede ser tan ingenua como para pedir un Gryffindor contra Slytherin sin problemas.

Harry notó que parecía dirigirse especialmente al capitán de Slytherin, Marcus Flint, un muchacho de quinto año. Le pareció que tenía un cierto parentesco con el trol gigante.

Varios rieron por lo bajo mientras Percy y Oliver asentían con la cabeza con una mueca de asco en la cara al recordar a su ex compañero de curso.

Con el rabillo del ojo, vio el estandarte brillando sobre la  muchedumbre: «Potter; presidente». Se le aceleró el corazón. Se sintió más valiente.

-        ¿Así que te ayudó?- preguntó Dean sonriendo.- Me alegro, Ron tuvo una muy buena idea.

-        Muchas gracias chicos- volvió a agradecer Harry mientras Molly felicitaba a su hijo menor por el gesto.

—Montad en vuestras escobas, por favor.
Harry subió a su Nimbus 2.000. La señora Hooch dio un largo pitido con su silbato de plata. Quince escobas se elevaron, alto, muy alto en el aire. Y estaban muy lejos.
—Y la quaffle es atrapada de inmediato por Angelina Johnson de Gryffindor... Qué excelente cazadora es esta joven y, a propósito, también es muy guapa...

George fulminó a su amigo con la mirada mientras Angelina le sonreía.

—¡JORDAN!

-        Este partído va a ser divertido- comentó Susan sonriendole al muchacho.

—Lo siento, profesora.
El amigo de los gemelos Weasley, Lee Jordan, era el comentarista del partido, vigilado muy de cerca por la profesora McGonagall.

-        No nos chafes la diversión Minie- suplicaron los Prewet.

—Y realmente golpea bien, un buen pase a Alicia Spinnet, el gran descubrimiento de Oliver Wood,

Fue el turno de Alicia para sonreir a Lee y el de Fred para fulminarlo con la mirada.

ya que el año pasado estaba en reserva... Otra vez Johnson y.. No, Slytherin ha cogido la quaffle,

Los Gryffindor fanáticos del deporte gruñeron.

el capitán de Slytherin, Marcus Flint se apodera de la quaffley allá va... Flint vuela como un águila... está a punto de... no, lo detiene una excelente jugada del guardián Wood de Gryffindor

Los antes mencionados soltaron todo el aire de sus pulmones en un suspiro de alivio y aplaudieron a Oliver.

y Gryffindor tiene la quaffle... Aquí está la cazadora Katie Bell

Solo Percy advirtió el brillo en los ojos de Oliver aunque los demás vieron su sonrisa.

de Gryffindor; buen vuelo rodeando a Flint, vuelve a Elevarse del terreno de juego y... ¡Aaayyyy!, eso ha tenido que dolerle, un golpe de bludger en la nuca...

La preocupación con la que Oliver leía este trozo si que no passó desapercibida por nadie y muchas chicas fulminaron a Katie con la mirada.

La quaffle en poder de Slytherin... Adrian Pucey cogiendo velocidad hacia los postes de gol, pero lo bloquea otra bludger,  enviada por Fred o George Weasley, no sé cuál de los dos...

-        George- afirmaron los dos a la vez.

bonita jugada del golpeador de Gryffindor,

-        Exactamente- afirmó Arthur sonriendo orgulloso.

Y Johnson otra vez en posesión de la quaffle, el campo libre y allá va, realmente vuela, evita una bludger, los postes de gol están ahí... vamos, ahora Angelina... el guardián Bletchley se lanza... no llega... ¡GOL DE GRYFFINDOR!

La mesa en cuestión estalló en aplausos mientras los Slytherin bufaron.

Los gritos de los de Gryffindor llenaron el aire frío, junto con los silbidos y quejidos de Slytherin.
—Venga, dejadme sitio.

-        ¡Hagrid!- exclamó Frank sonriendo.

— ¡Hagrid!
Ron y Hermione se juntaron para dejarle espacio a Hagrid.

Los hermanos de Ron alzaron una ceja en dirección a ellos que estaban completamente ruborizados.

—Estaba mirando desde mi cabaña —dijo Hagrid, enseñando el largo par de binoculares que le colgaban del cuello—. Pero no es lo mismo que estar con toda la gente.

-        En absoluto- afirmó Sirius acordándose del partido en el que Harry perdió la nimbus.

Todavía no hay señales de la snitch, ¿no?
—No —dijo Ron—. Harry todavía no tiene mucho que hacer.
—Mantenerse fuera de los problemas ya es algo —dijo Hagrid, cogiendo sus binoculares y fijándolos en la manchita que era Harry.
Por encima de ellos, Harry volaba sobre el juego, esperando alguna señal de la snitch. Eso era parte del plan que tenían con Wood.
—Mantente apartado hasta que veas la snitch —le había dicho Wood—. No queremos que ataques antes de que tengas que hacerlo.

-        Buen plan- afirmaron Charlie y James a la vez y Oliver les sonrió.

Cuando Angelina anotó un punto, Harry dio unas volteretas para aflojar la tensión, y volvió a vigilar la llegada de la snitch. En un momento vio un resplandor dorado, pero era el reflejo del reloj de uno de los gemelos Weasley;

-        Os prohibí jugar con reloj- gruñó Oliver dejando de un lado la lectura.- Si Harry se hubiese lanzado a perseguir vuestro reloj y la snitch hubiese aparecido al otro lado del campo hubiesemos perdido.- Los gemelos, ante la sorpresa general y, sobretodo, de Molly y Minie, bajaron la cabeza y murmuraron: Lo siento.

En otro, una bludger decidió perseguirlo, como si fuera una bala de cañón,

Lily se puso tensa mientras su marido la abrazaba para tranquilizarla.

pero Harry la esquivó y Fred Weasley salió a atraparla.
—¿Está todo bien, Harry? —tuvo tiempo de gritarle, mientras lanzaba la bludger con furia hacia Marcus Flint.
—Slytherin toma posesión —decía Lee Jordan—. El cazador Pucey esquiva dos bludgers, a los dos Weasley y al cazador Bell, y acelera... esperen un momento... ¿No es la snitch?
Un murmullo recorrió la multitud, mientras Adrian Pucey dejaba caer la quaffle,

-        Estupido- murmuró Oliver y todos los fanáticos del Quiddich asintieron (incluidos algunos Slytherin).

demasiado ocupado en mirar por encima del hombro el relámpago dorado, que había pasado al lado de su oreja izquierda. Harry la vio. En un arrebato de excitación se lanzó hacia abajo, detrás del destello dorado. El buscador de Slytherin, Terence Higgs, también la había visto. Nariz con nariz, se lanzaron hacia la snitch... Todos los cazadores parecían haber olvidado lo que debían hacer

El tono de Oliver era molesto y fulminó con la mirada a sus cazadoras que se encogieron en sus asientos.

Y estaban suspendidos en el aire para mirar. Harry era más veloz que Higgs. Podía ver la pequeña pelota, agitando sus alas, volando hacia delante. Aumentó su velocidad y… ¡PUM!

-        ¡¿Qué ha pasado?!- preguntó Lily con histéria.

-        Una sucia jugada de los Slytherin.- le respondió su hijo encogiendose de hombros.

Un rugido de furia resonó desde los Gryffindors de las tribunas... Marcus Flint había cerrado el paso de Harry, para desviarle la dirección de la escoba, y éste se aferraba para no caer.

-        Falta- gritaron indignados los del pasado y los Gryffindors de quinto para bajo.

-        Tarjeta roja- gritó Dudley ante la cara de asombro de algunos.

— ¡Falta! —gritaron los Gryffindors.
La señora Hooch le gritó enfadada a Flint, y luego ordenó tiro libre para Gryffindor; en el poste de gol. Pero con toda la confusión, la snitch dorada, como era de esperar, había vuelto a desaparecer.
Abajo en las tribunas, Dean Thomas gritaba.
— ¡Eh, árbitro! ¡Tarjeta roja!

-        Eso- gritaron los nacidos de muggle, algunos mestizos y Dudley.

—Esto no es el fútbol, Dean —le recordó Ron—. No se puede echar a los jugadores en quidditch... ¿Y qué es una tarjeta roja?
Pero Hagrid estaba de parte de Dean.
—Deberían cambiar las reglas.

-        Completamente de acuerdo- gruñó Lily.

Flint ha podido derribar a Harry en el aire.
A Lee Jordan le costaba ser imparcial.

-        ¿Alguna vez lo es?- preguntaró Leanne sonriendo. Este se sonrojó.

—Entonces... después de esta obvia y desagradable trampa...

-        Se necesita mucha valentía para comentar eso delante de Minie- comentó Sirius con admiración.

— ¡Jordan! —lo regañó la profesora McGonagall.

-        Pero Lee tiene razón- protestó Leanne haciendo una mueca, Lee se sonrojó y Katie rió por lo bajo.

—Quiero decir, después de esta evidente y asquerosa falta...

-        Te faltó repulsiva- comentó James.

— ¡Jordan, no digas que no te aviso...!
—Muy bien, muy bien. Flint casi mata al buscador de Gryffindor, cosa que le podría suceder a cualquiera, estoy seguro,

-        Sarcasmo aparte- dijo Susan riendo.

así que penalti para Gryffindor; la coge Spinnet, que tira, no sucede nada, y continúa el juego, Gryffindor todavía en posesión de la pelota. Cuando Harry esquivó otra bludger, que pasó peligrosamente cerca de su cabeza, ocurrió.

-        ¿El que?- preguntó Lily preocupada. Pero Oliver continuó antes de que nadie le respondiese.

Su escoba dio una súbita y aterradora sacudida.

-        ¿Cómo?- preguntaron todos los que no  habían visto el partido.

Durante un segundo pensó que iba a caer. Se aferró con fuerza a la escoba con ambas manos y con las rodillas. Nunca había experimentado nada semejante. Sucedió de nuevo. Era como si la escoba intentara derribarlo.

James se levantó de un salto de la mesa con la varita en la mano y mirando a Snape con rábia.

-        Quejicus- gruñó.- Vaya, como no pudiste tirarme a mí intentas hacerlo con Harry.

-        Sí hubiese querio derivar al niño no hubiese sido tan evidente- gruñó Snape.- Con un Confundus o un aturdidor habría havido suficiente- expuso con calma. Eso puso más furioso a James quién intetnó avalançarse hacia Snape, por suerte Remus y Sirius le detuvieron.

-        Vamos Cornamenta- le dijo Remus pacificadoramente- No debemos juzgar hasta finalizar el libro.- James fue tranquilizandose un poco hasta que finalmente se sentó.

Pero las Nimbus 2.000 no decidían súbitamente tirar a sus jinetes. Harry trató de dirigirse hacia los postes de Gryffindor para decirle a Wood que pidiera una suspensión del partido, y entonces se dio cuenta de que su escoba estaba completamente fuera de control. No podía dar la vuelta. No podía dirigirla de ninguna manera. Iba en zigzag por el aire y, de vez en cuando, daba violentas sacudidas que casi lo hacían caer.

Todo el mundo le miraba preocupado y muchos les preguntaron a los que habían visto el partido que había pasado, ninguno obtuvo respuesta.

Lee seguía comentando el partido.
—Slytherin en posesión... Flint con la quaffle... la pasa a Spinnet, que la pasa a Bell... una bludger le da con fuerza en la cara, espero que le rompa la nariz (era una broma, profesora), Slytherin anota un tanto, oh, no...
Los de Slytherin vitoreaban.

-        ¿Es que nadie se da cuenta?- preguntó un Sirius pálido. Todos negaron con la cabeza.

Nadie parecía haberse dado cuenta de la conducta extraña de la escoba de Harry Lo llevaba cada vez más alto, lejos del juego, sacudiéndose y retorciéndose.
—No sé qué está haciendo Harry —murmuró Hagrid.

-        Al fin- dijo Lily algo aliviada.

Miró con los binoculares—. Si no lo conociera bien, diría que ha perdido el control de su escoba... pero no puede ser...
De pronto, la gente comenzó a señalar hacia Harry por encima de las gradas. Su escoba había comenzado a dar vueltas y él apenas podía sujetarse. Entonces la multitud jadeó. La escoba de Harry dio un salto feroz y Harry quedó colgando, sujeto sólo con una mano.

Lily soltó un grito ahogado y Sirius y Remus tuvieron que coger a James otra vez antes de que este se avalanzara contra el profesor de pociones.

— ¿Le sucedió algo cuando Flint le cerró el paso? — susurró Seamus.

-        Imposible- dijo Ojo loco- se necesita magía negra para hacer algo así.

—No puede ser —dijo Hagrid, con voz temblorosa—. Nada puede interferir en una escoba, excepto la poderosa magia tenebrosa... Ningún chico le puede hacer eso a una Nimbus 2.000.

-        No fue un chico fue un profesor- dijo James mirando enojado a Snape.

Ante esas palabras, Hermione cogió los binoculares de Hagrid, pero en lugar de enfocar a Harry comenzó a buscar frenéticamente entre la multitud.
— ¿Qué haces? —gimió Ron, con el rostro grisáceo.
—Lo sabía —resopló Hermione—. Snape... Mira.

-        Lo veis- gritó James.

-        No juzgues papá- dijo Harry.

Ron cogió los binoculares. Snape estaba en el centro de las tribunas frente a ellos. Tenía los ojos clavados en Harry y murmuraba algo sin detenerse.

-        Podría estar haciéndo el contra hechizo- murmuró Lily avanzandose a James, este le miró incrédulo- Al fin y al cabo es profesor James.

—Está haciendo algo... Mal de ojo a la escoba —dijo Hermione.
— ¿Qué podemos hacer?
—Déjamelo a mí.
Antes de que Ron pudiera decir nada más, Hermione había desaparecido. Ron volvió a enfocar a Harry. La escoba vibraba tanto que era casi imposible que pudiera seguir colgado durante mucho más tiempo. Todos miraban aterrorizados, mientras los Weasley volaban hacía él,

Molly, que también estaba pálida, les sonrió a sus hijos. Muchos soltaron suspiros de alivio.

tratando de poner a salvo a Harry en una de las escobas. Pero aquello fue peor:

Los de antes pusieron mala cara.

cada vez que se le acercaban, la escoba saltaba más alto. Se dejaron caer y comenzaron a volar en círculos, con el evidente propósito de atraparlo si caía. Marcus Flint cogió la quaffle y marcó cinco tantos sin que nadie lo advirtiera.

-        Bastardo- gruñeron por lo bajo Oliver y Percy y muchos les miraron asombrados. Minie se mordió la lengua para evitar regañar a Oliver por hablar así mientras toda la atención estaba puesta en el, primero quería saber lo que pasaba con Harry.

—Vamos, Hermione —murmuraba desesperado Ron. Hermione había cruzado las gradas hacia donde se enencontraba Snape y en aquel momento corría por la fila de abajo. Ni se detuvo para disculparse cuando atropelló al profesor Quirrell

Tonks y Remus compartieron una mirada de comprensión mientras Lily sonrió por haber encontrado a otro candidato que no fuera su exmejor amigo.

y, cuando llegó donde estaba Snape, se agachó, sacó su varita y susurró unas pocas y bien elegidas palabras. Unas llamas azules salieron de su varita y saltaron a la túnica de Snape.

Los bromistas y los Gryffindors se pusieron a aplaudir a una  sonrojada Hermione.

El profesor tardó unos treinta segundos en darse cuenta de que se incendiaba. Un súbito aullido le indicó a la chica que había hecho su trabajo. Atrajo el fuego, lo guardó en un frasco dentro de su bolsillo y se alejó gateando por la tribuna. Snape nunca sabría lo que le había sucedido.

Este gruñó fulminando con la mirada a la chica que se encogió en su asiento.

Fue suficiente. Allí arriba, súbitamente, Harry pudo subir de nuevo a su escoba.

La mirada de James sobre Snape se volvió más intensa y la de Lily se oscurecó.

— ¡Neville, ya puedes mirar! —dijo Ron. Neville había estado llorando dentro de la chaqueta de Hagrid aquellos últimos cinco minutos.

Harry le sonrió agradecido a su amigo y este le devolvió la sonrisa algo ruborizado por las risitas burlonas que su madre y Hannah no tardaron en acallar con al mirada.

Harry iba a toda velocidad hacia el terreno de juego cuando vieron que se llevaba la mano a la boca, como si fuera a marearse. Tosió y algo dorado cayó en su mano.

-        No me lo creo- dijo James sonriendo por primera vez des del partido.

—¡Tengo la snitch! —gritó, agitándola sobre su cabeza; el partido terminó en una confusión total.
Los merodeadores aplaudieron encantados y pronto se les sumo la mayoria del comedor.

—No es que la haya atrapado, es que casi se la traga — todavía gritaba Flint veinte minutos más tarde.

-        Envidioso- dijo Sus riendo.

Pero aquello no cambió nada. Harry no había faltado a ninguna regla y Lee Jordan seguía proclamando alegremente el resultado. Gryffindor había ganado por ciento setenta puntos a sesenta. Pero Harry no oía nada. Tomaba una taza de té fuerte, en la cabaña de Hagrid, con Ron y Hermione.

El trió le sonrió a Hagrid quién les devolvió la sonrisa.

—Era Snape —explicaba Ron—. Hermione y yo lo vimos. Estaba maldiciendo tu escoba. Murmuraba y no te quitaba los ojos de encima.

James asintió mirando mal a su archieenemigo

—Tonterías —dijo Hagrid, que no había oído una palabra de lo que había sucedido—. ¿Por qué iba a hacer algo así Snape?

-        Porque me odia, porque envidia a Harry y por un par de razones mas que ni a mi ni a él nos conviene hacer públicas- enumeró James.

Harry, Ron y Hermione se miraron, preguntándose qué le iban a decir. Harry decidió contarle la verdad.
—Descubrimos algo sobre él —dijo a Hagrid—. Trató de pasar ante ese perro de tres cabezas, en Halloween. Y el perro lo mordió. Nosotros pensamos que trataba de robar lo que ese perro está guardando.  
Hagrid dejó caer la tetera.
— ¿Qué sabéis de Fluffy? —dijo.

-        Y se confirma la teoria Hagrid- anunció Fabian.

-        De quien mas podía ser un perro de tres cabezas- dijo Guideon meneando la cabeza.

¿Fluffy?
—Ajá... Es mío... Se lo compré a un griego que conocí en el bar el año pasado... y se lo presté a Dumbledore para guardar...
— ¿Sí? —dijo Harry con nerviosismo.

-        No te lo dirá así por las buenas- advirtió Nott meneando la cabeza ante tal falta de astucia.

—Bueno, no me preguntéis más —dijo con rudeza Hagrid—. Es un secreto.
—Pero Snape trató de robarlo.

-        Eso no es seguro- gruñó Lily y los tres la miraron con miedo. Harry empezaba a preguntarse porque defendía tanto a Snape.

—Tonterías —repitió Hagrid—. Snape es un profesor de Hogwarts, nunca haría algo así.
—Entonces ¿por qué trató de matar a Harry? —gritó Hermione.
Los acontecimientos de aquel día parecían haber cambiado su idea sobre Snape.
—Yo conozco un maleficio cuando lo veo, Hagrid. Lo he leído todo sobre ellos. ¡Hay que mantener la vista fija y Snape ni pestañeaba, yo lo vi!  

-        Así también se hace el contra hechiza- la regañó suavemente Minie.

—Os digo que estáis equivocados —dijo ofuscado Hagrid—. No sé por qué la escoba de Harry reaccionó de esa manera. ¡Pero Snape no iba a tratar de matar a un alumno! Ahora, escuchadme los tres, os estáis metiendo en cosas que no os conciernen y eso es peligroso. Olvidaos de ese perro y olvidad lo que está vigilando. En eso sólo tienen un papel el profesor Dumbledore y Nicolás Flamel...

Todos los alumnos le miraron interesados y Hagrid se hundió en el asiento abatido ignorando la sonrisa amable de Dumby.

— ¡Ah! —dijo Harry—. Entonces hay alguien llamado Nicolás Flamel que está involucrado en esto, ¿no?
Hagrid pareció enfurecerse consigo mismo.

-        Para no hacerlo.- gruñó este.

-        Creo que es la hora de comer- anunció el director.- Muchas gracias señor Wood.

Oliver volvió a su sitio mientras las mesas se llenaban de comida  y aparecía un plato sucio con coles para Vernon en un rincón.

-        ¿Cómo lo he hecho?- les preguntó a Percy y a Katie cuando llegó.

-        Genial- respondieron a la vez y Katie continuó- Aunque a sido un poco raro escucharte hablar de ti en tercera persona.- Oliver rió junto a ella. Y se la quedó mirando un rato.

-        ¿Qué pasa?- preguntó Katie preguntandose si no tendría alguna mancha en la cara.

-        Pensaba en que si no hubiese habído todo esto de los libros hubiesemos perdido el contacto y es algo que no quiero en absoluto- le dijo algo ruborizado.

-        No es a mí a la que le cuesta escribir cartas.- repuso medio en broma- Tranquilo Oliver, tengo pensado entrar en las arpías cuando termine así que nos hubiesemos visto igual.- le explicó.

-        Sí, siempre por Quiddich- murmuró y por primera vez des de que lo conocía Katie vió que, en lugar de brillar, sus ojos se oscurecían con esas palabras.- Bueno, al final nos hemos visto así que tanto da.- Aseguró más animado y se pusieron a hablar de temas mucho más banales y divertidos, entre ellos el Quiddich.

6 comentarios:

  1. Muyy muy lindo, es la primera vez que comento la historia en el blog al menos, la seguia en potterfics ...quedo genial el capitulo aunque como te cuesta atnto actualizar tal vez puedas hacer los capitulos mas resumidos, para ahorrarte tiempo...una idea, yo no se mucho de escritura. Igual, me pienso seguir pasando a seguir leyendo la historia, besoo y hasta la prox actualización!

    Jimena

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  2. Me gusto mucho el capitulo y que bueno que actualizaste pronto, la verdad me encanta la historia y trata de seguirla.
    Hasta la proxima.

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  3. como ya sabes a mi me encanta tu historia :D i lo que ha dicho jimena yo ya te lo dije al capitulo anterior.
    ahora que empezamos vacaciones podras actualizar mas seguido??

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  4. Hola
    Gracias por leer mi historia y por vuestros comentarios, e estado pensando sobre los de resumir los capitulos y, aunque me parece una buena idea, no lo hare por la razon que no sabría como hacerlo. Lamento tardar tanto en actualizar, y si, nmt1525 intentaré hacerlo mas rapido ahora que estamos en vacaciones.

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  5. Me ha encantado el capitulo en especial Remus me facina

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